Investigadores de la Universidad de Cincinnati descubrieron que los periquitos monje (Myiopsitta monachus), más conocidos como cotorras argentinas, declaradas especies invasoras en España, no se lanzan de inmediato a interacciones sociales complejas con aves desconocidas, sino que emplean un método gradual mediante el que evalúan la compatibilidad y los riesgos potenciales de cada ‘amistad’.
Para hacerlo, los periquitos monje inician interacciones breves y de bajo riesgo, como acercarse cautelosamente al nuevo individuo o emitir vocalizaciones suaves, antes de decidirse por un contacto más directo. De ese modo van ‘tanteando’ el terreno para reducir la incertidumbre social.
De manera muy similar a como se comportan los seres humanos los periquitos monje o cotorras argentinas son gregarios, así que eligen un entorno seguro para socializar en antes de formar amistades sólidas, por lo que invierten cierto tiempo en conocerse con el fin de construir relaciones duraderas, que son cruciales para su vida y su bienestar.
Cómo los periquitos monje forman amistades seguras paso a paso
Investigadores de la Universidad de Cincinnati (EE. UU.) han descubierto que los periquitos monje, cuando se les presenta la oportunidad de conocer a otros, “ponen a prueba” la relación para evitar encuentros cada vez más peligrosos que podrían causar lesiones.
Se acercan poco a poco a los desconocidos, tomándose tiempo para familiarizarse antes de pasar a interacciones más arriesgadas. El estudio se ha publicado en la revista Biology Letters.
“Ser sociable puede aportar muchos beneficios, pero estas amistades tienen que empezar en algún momento”, explica Claire O’Connell, primera autora y doctoranda en la Facultad de Artes y Ciencias de UC.
La cautela como estrategia: un comportamiento social que recuerda al humano
“Muchas especies de loros, por ejemplo, forman vínculos fuertes con una o dos aves. Las parejas suelen pasar la mayor parte del tiempo juntas, se acicalan o incluso establecen relaciones reproductivas”, señaló O’Connell. “En general, mantener estos lazos sociales sólidos se asocia con menos estrés y mayor éxito reproductivo”.
Pero el primer contacto implica riesgos, sobre todo cuando los animales no se conocen.
O’Connell indica que las aves que no aceptan la atención de un recién llegado pueden reaccionar con agresividad, lo que puede provocar lesiones.
Los investigadores reunieron grupos de periquitos capturados en libertad en un gran recinto de vuelo. Algunos eran desconocidos entre sí. Recogieron datos sobre cómo y cuándo se formaban nuevas relaciones, observando la proximidad entre las aves y qué individuos se acicalaban o mostraban conductas amistosas.
Vínculos fuertes y menos estrés: lo que enseñan los periquitos monje
Después analizaron más de 179 relaciones mediante métodos computacionales y modelos estadísticos para comprobar si la formación de vínculos seguía el patrón previsto por estudios anteriores sobre la teoría de “poner a prueba” las relaciones.
“Capturar los primeros momentos entre desconocidos puede ser complicado, así que nos entusiasmó que nuestros experimentos nos permitieran observar ese proceso de cerca”, afirma O’Connell.
El equipo descubrió que los desconocidos se acercaban con más cautela que las aves que ya se conocían. Los extraños tardaban en compartir espacio antes de llegar a posarse hombro con hombro, tocarse el pico o acicalarse. Algunos incluso avanzaban hasta compartir comida o aparearse.
El estudio de UC obtuvo resultados comparables a los de una investigación de 2020 sobre murciélagos vampiro, que mostró que los recién llegados también ponen a prueba la relación, pasando gradualmente del acicalamiento social al intercambio de comida con compañeros de confianza.
“Lo más fascinante de esta estrategia es lo intuitiva que resulta”, comenta O’Connell.
Ciencia cercana: el estudio que desvela cómo nace la confianza entre aves
“¡Me identifico totalmente! Empecé a observar a los periquitos poco antes de mudarme a Cincinnati para iniciar el doctorado”, añade.
“Estaba emocionada, pero también algo nerviosa por hacer nuevos amigos. Al mismo tiempo, veía cómo los periquitos monje se relacionaban entre ellos, aunque algunos lo hacían mejor que otros. Me di cuenta de que quizá podía aprender algo de ellos”.
El aspecto más fascinante del estudio es el paralelismo que se ha encontrado entre la experiencia humana al entablar nuevas amistades y las de las cotorras argentinas. Los científicos explican que la estrategia de dichas aves para evitar conflictos es muy similar a la que adoptan las personas.
Este estudio demuestra que ciertas estrategias sociales complejas que ponen en práctica los periquitos monje y que antes se consideraban exclusivas de los primates, también están presentes en especies con cerebros de diferente estructura, como es el caso de las aves psitácidas, muy conocidas por su inteligencia y su amplia vida social. Seguir leyendo en ECOticias.com















