El pez mosquito oriental, Gambusia holbrooki es originario del sur de los Estados Unidos y se ha extendido ampliamente a muchos países alrededor del mundo después de ser utilizado originalmente como agente biológico para el control de mosquitos portadores de la malaria.
Esta especie ha tenido un enorme impacto ambiental en la vida silvestre local, convirtiéndose en una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El pez mosquito: invasor mundial
Ya lo dijeron los Beatles: ‘All you need is love’. Y según una nueva investigación de la Universidad Nacional de Australia, lo mismo ocurre en el reino animal. Al menos para la gambusia (Gambusia affinis), un pez del tamaño de un fósforo, endémico de América Central y ahora presente en casi todo el mundo, más conocido como pez mosquito.
Según los científicos del país austral, el pez gambusia macho posee impresionantes habilidades cognitivas y pueden navegar con éxito por laberintos y otras pruebas. Los machos que se desempeñan mejor tienen una mayor probabilidad de aparearse.
Ivan Vinogradov, autor principal del trabajo publicado hoy en Nature Ecology and Evolution, afirma que los peces machos probablemente desarrollaron mejores habilidades cognitivas con el tiempo debido a la ventaja que les daba para encontrar hembras en la naturaleza y producir descendencia, un fenómeno conocido como selección sexual.
“Durante mucho tiempo se pensó que la evolución de la inteligencia en los animales estaba impulsada por la selección natural. Los animales que eran mejores resolviendo problemas eran más hábiles para recolectar alimentos, encontrar refugio y evitar depredadores, y por lo tanto vivían más tiempo”, afirma Vinogradov. “Luego transmitían estos genes a su descendencia, lo que ayudaba a las futuras generaciones a volverse más inteligentes con el tiempo”.
¿Cómo se las ingenia el pez más inteligente?
Pero hay otra explicación para la evolución de la inteligencia. Según comenta el investigador, “la inteligencia es una cualidad atractiva. Un mejor cerebro podría ayudar a un animal a encontrar más parejas, tener más sexo y eventualmente tener más crías”. Para los autores, esto sugiere que la inteligencia de la gambusia evolucionó en parte a través de la selección sexual, donde los rasgos que aumentan el éxito en el apareamiento y la fertilización se vuelven más comunes a lo largo de las generaciones.
Así, la selección sexual suele ser más fuerte en los machos que en las hembras porque en la mayoría de las especies hay más machos buscando pareja que hembras listas para aparearse y reproducirse. “Nuestro estudio sugiere que la inteligencia no solo está impulsada por su necesidad de encontrar alimento o evitar depredadores, sino también por los complejos desafíos de encontrar pareja. Esto demuestra que, al igual que los humanos, el amor lo conquista todo”, valora Vinogradov.
Los investigadores midieron la inteligencia de las gambusia macho sometiéndolos a una serie de pruebas subacuáticas, que incluían la navegación por laberintos, el desvío alrededor de barreras transparentes y el aprendizaje para recordar manchas de diferentes colores. Al final, ofrecían una recompensa a los peces que pudieran completar las pruebas. Posteriormente, el equipo rastreó, durante un período de dos meses, cuántas crías produjo cada macho al competir contra otros por una pareja femenina para aparearse.
Después de realizar más de 2 000 pruebas de paternidad, los científicos descubrieron que los machos más inteligentes que navegaron con éxito las pruebas subacuáticas se aparearon con más hembras y produjeron más descendencia que los peces menos inteligentes que fallaron en las pruebas.
Evolución de las habilidades cognitivas
“Nuestros hallazgos implican que la evolución de las habilidades cognitivas puede haber sido impulsada por la selección sexual para los machos que obtuvieron más oportunidades de apareamiento”, indica Michael Jennions, coautor del estudio e investigador en la institución australiana.
“Algo en estos machos de pez mosquito aparentemente les dio una ventaja para asegurar oportunidades de apareamiento. Quizás las hembras reconocieron y prefirieron a los ejemplares más inteligentes, o tal vez los machos más ‘astutos’ eran mejores persiguiendo a las hembras y forzándolas a aparearse, una práctica común en esta especie”, añade. Los científicos concluyen que se necesita mayor investigación para observar más de cerca a los machos y ver cómo difiere el comportamiento de apareamiento de los ejemplares más y menos inteligentes.