Desde hace varios años, el ecosistema marino gallego se ve perturbado por el alga japonesa Rugulopteryx okamurae, importada accidentalmente y que con gran rapidez es capaz de invadir playas y puertos. Su alto nivel de proliferación amenaza a la biodiversidad y a las actividades marinas allí donde se arraiga.
Para peor, cuando se pudren en las playas al ser depositadas por las mareas, estas algas liberan sulfuro de hidrógeno, un gas inflamable con un olor nauseabundo a huevos podridos que además es muy tóxico, por lo que resultan un riesgo sanitario importante para la población.
El alga japonesa Rugulopteryx
El conselleiro del Mar, Alfonso Villares, y el rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Antonio López, firmaron este martes un convenio de colaboración para el desarrollo del proyecto Rugulopteryx okamurae ADN ambiental (Algasdet) con el objetivo de obtener nuevas herramientas con las que detectar esta alga asiática invasora.
El responsable autonómico destacó que la finalidad es conseguir parámetros que identifiquen esta especie para anticiparse a su proliferación en la costa gallega, ya que posee una gran capacidad de expansión y coloniza por completo los ecosistemas, a los que llega provocando una pérdida de diversidad en las comunidades biológicas de los fondos marinos y genera impactos económicos en la pesca. Tal es así que su elevada acumulación impide el uso de algunas artes y su presencia en las playas requiere intervenciones para mantos utilizables.
El acuerdo, dotado con 203.220 euros, se enmarca en la red de colaboración entre el sector pesquero y los organismos científicos autonómicos (Redemar), creada en 2022, en la que la USC actúa como socio líder. Para su desarrollo, cuyo período se extiende hasta 2027, se contará también con la colaboración de la Universidade da Coruña, la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores y los pósitos de A Coruña, Cangas y Baiona.
Trabajos
El objetivo del convenio también es fomentar la concienciación del sector para evitar su expansión a corto plazo. En este sentido, se realizarán actuaciones dirigidas a la identificación mediante ADN y su distribución en las costas, a la transferencia de la herramienta desarrollada a los organismos gestores de los programas de seguimiento ambiental del litoral, a la preparación de cartografía y establecimiento de estaciones de monitorización, así como a la difusión de las precauciones que se podrían aplicar para retardar, o por lo menos no fomentar, su propagación debido a la acción humana en medio marino.
Entorno
La Consellería del Mar recibió a finales de junio de 2024 dos comunicaciones de una investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela sobre la constatación por primera vez en aguas gallegas de A Coruña y Pontevedra de la presencia de esta alga asiática invasora.
Automáticamente, junto con la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático, se acordó constituir un grupo de trabajo para la elaboración de un plan de gestión de la biomasa derivada de esta especie y analizar los posibles impactos de su expansión tanto económicos en el sector pesquero cómo ecológicos para el medio ambiente.
En septiembre de 2024 se celebró la primera reunión del grupo de trabajo técnico (formado por representantes de diversos departamentos de la Xunta, del Gobierno central, de la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores y de las Universidades de Santiago de Compostela y de A Coruña), en la que se presenta un borrador para coordinar las actuaciones para la prevención, seguimiento y control de la expansión del alga. En la actualidad, los dos departamentos autonómicos continúan desarrollo este documento de trabajo.
Este convenio se suma a los otros que están vigentes, y que están destinados a la realización del proyecto de la calidad del medio marino litoral y su efecto sobre el marisqueo (Calimar), y a la obtención de marcadores moleculares de resistencia a la salinidad en el berberecho (Resalber). Estas dos iniciativas cuentan con una inversión que ronda los 600.000 euros. Disponen de un período de ejecución hasta 2026.
