La compañía British Petroleum (BP) reconoció este sábado que las operaciones para taponar con lodo y cemento la fuga de crudo que contamina las aguas del Golfo de México, denominadas «top kill», habían fracasado.
Hasta la fecha el coste de hacer frente al derrame de crudo para la petrolera alcanza los 990 millones de dólares. El puente de la plataforma Deepwater Horizon explotó el 20 de abril, causando la muerte de 11 trabajadores y desatando un torrente submarino de petróleo que el Gobierno de EEUU estimó que oscilaba entre 12.000 y 19.000 barriles (1,9 a 3 millones de litros) diarios.
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