La directora general de Gestión Ambiental Urbana de la capital, Fátima Núñez, ha señalado en la comisión ordinaria del ramo celebrada este lunes que, aunque no se puede precisar cuántos excrementos se retiran de la vía pública (ya que van mezclados con el resto de la basura tanto si la recogen los propios ciudadanos como si se encargan de ello los técnicos del limpieza) sí se puede estimar el grado de concienciación cívica mediante otros parámetros.
Así, ha señalado que la estimación es que, cuando finalice el año, «se habrán consumido 87,2 millones de bolsas para la recogida de excrementos, un 43 por ciento más que en 2009», y ha justificado este incremento en la ampliación del número de papeleras con dispensador de bolsas que hay por las calles de la capital, que ha pasado de 2.546 a 6.000 unidades en los últimos dos ejercicios, lo que supone multiplicar por 2,3 su número.
«Además, la recogida es ahora más responsable gracias a que, con el nuevo contrato (de papeleras), las bolsas son biodegradables», ha añadido Núñez, indicando que «afortunadamente en este tema son ya muchos los dueños de mascotas caninas respetuosos con el entorno que recogen los residuos».
También ha señalado que otro dato que apunta al aumento del civismo en esta materia es que «los datos del Servicio de Control de Calidad demuestran que en lo que va de año la presencia de cacas en las aceras es de 2,1 residuos por cada mil metros cuadrados, lo que significa un descenso del 22 por ciento respecto a 2009».
«Éste es un tema fundamentalmente de cambio de hábitos. Se está avanzando mucho en la concienciación, pero hace falta más implicación de los ciudadanos en la vida de la ciudad», ha señalado Núñez, apostando también por las campañas de información y sensibilización que se están realizando.
MÁS SANCIONES
Sin embargo, el portavoz de UPyD en la materia, Jaime Berenguer, ha rechazado el número de bolsas como dato relevante para valorar la limpieza de las calles, ya que «hay gente que las coge y se las lleva a casa».
«Es una evidencia y una queja que parte de (los problemas de) limpieza y malos olores de Madrid vienen de los excrementos y orines caninos que se pueden ver en cualquier visita por cualquier calle de Madrid. Pero además de ser un problema de salud también lo es de imagen», ha añadido.
En este sentido, Berenguer ha reclamado más medidas disuasorias, especialmente las que tienen que ver con las multas, y ha recordado que «desde 2007 las sanciones por excrementos caninos en Madrid han sido ocho, mientras que las sanciones por orines de origen humano han sido diez en 2009, 76 en 2010 y 74 en 2011».
«Sinceramente, creo que tenemos un problema de olores y limpieza que, aparte de educación y civismo, merece que tomemos alguna medida más para hacer incidencia en la disuasión», ha zanjado el edil.
ECOticias.com – ep