Las aguas residuales son aquellas aguas que han sido contaminadas por actividades humanas, industriales o agrícolas, y que ya no son aptas para su uso original sin un tratamiento previo. Y es que contienen contaminantes que representan un riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente si no son adecuadamente gestionadas.
El proceso de depuración de aguas residuales es fundamental para reducir estos contaminantes y proteger la calidad de ríos, lagos y mares. Por ello, desde la Junta de Castilla y León se han marcado el objetivo de depurarlas todas de aquí a 6 años como mucho.
Depuración total de las aguas residuales castellanoleonesas
Castilla y León aspira a ser en un plazo máximo de seis años la única comunidad autónoma española, y una de las pocas de la Unión Europea, que depure la totalidad de sus aguas residuales. Una situación que, según ha sostenido el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, será posible gracias al programa puesto en marcha por el Ejecutivo regional que prevé una inversión de más de 275 millones para construir más de 1.400 depuradoras que den servicio a alrededor de 7.000 municipios.
Esas plantas se estructura en dos programas, en función de si las plantas son para municipios de entre 0 y 500 habitantes equivalentes y entre 500 y 2.000. En esta segunda línea de actuación se prevén 217 depuradoras con una inversión total de 140 millones de euros. De todas las previstas, 22 están ya en fase de explotación, 124 ejecutándose, seis aprobadas, 27 están pendientes de la aprobación municipal, 30 en fase de redacción y el resto, pendientes de análisis.
Quiñones, durante su estancia en Peñaranda de Duero (Burgos), donde ha visitado la EDAR ejecutada dentro de este programa, ha señalado que en la provincia de Burgos quedan por construirse 67 plantas de tratamiento de agua, lo que requerirá una inversión de más de 25 millones.
El consejero ha puesto estas actuaciones como ejemplo de colaboración institucional ya que la Administración regional asume el 40% de su coste, otro tanto recae sobre la correspondiente Diputación Provincial, en ambos casos a fondo perdido, mientras que el 20% restante lo asumen los ayuntamientos, que pueden optar a líneas de financiación de la Junta.
A modo de ejemplo, el responsable regional de Medio Ambiente, se ha referido a la estación depuradora de Peñaranda, que ha supuesto una inversión de 750.000 euros; diseñada para una población de 1.491 habitantes equivalentes, con un caudal medio diario de casi 450 metros cúbicos al día.
La infraestructura, que será operada por Somacyl durante los próximos 25 años, tiene todo el proceso automatizado y permite ser gestionada en remoto. Junto a ella, se han instalado paneles fotovoltaicos para minimizar el consumo eléctrico.
La correcta gestión de las aguas residuales contribuye a prevenir la contaminación del medio ambiente, proteger la biodiversidad y promover un desarrollo sostenible. Además, el uso de tecnologías innovadoras y la concienciación ciudadana son esenciales para optimizar estos procesos y reducir los impactos negativos asociados a la contaminación hídrica. EFE / ECOticias.com