Reciclar correctamente es un paso fundamental que los ciudadanos debemos dar si queremos ayudar a contrarrestar la excesiva contaminación que ya está sufriendo el medio ambiente. Esto es algo que nos compete a todos, ya que todos somos consumidores y, por tanto, generadores de basura. Y lo hacemos en cantidades tan enormes que la naturaleza es incapaz de procesarlas, por lo que nuestros residuos pueden ser agentes de polución por años, siglos y hasta milenios.
Contenedores
Los contenedores suelen tener instrucciones que nos explican como proceder para reciclar. Y es fundamental leerlas atentamente antes de depositar en ellos cualquier tipo de material. Ante la duda, hay cientos de páginas informativas en las que es posible averiguar qué tipo de desecho va en cada uno. Separar la basura es el primer paso para ser eficiente en y reciclar eficientemente.
Las bolsas de plástico son la peor de las malas costumbres que tenemos los consumidores. Ya que solemos usarlas sin pararnos a pensar en la futilidad de nuestros actos. Dejemos de aceptar o de solicitar este tipo de bolsas. No nos cuesta nada llevar la nuestra (reciclada, reutilizada y/o biodegradable).
Es crucial saber que las bolsas de plástico NO son el envase adecuado para desechar objetos en los contenedores. En el caso de ir a tirar plásticos, estos sí pueden colocarse en bolsas para reciclar. Siempre y cuando estén fabricadas con materiales reciclables. Para depositar objetos en el resto de contenedores, lo ideal es hacerlo sin ninguna bolsa. O en una que sepamos que es biodegradable.
Separación
El problema no es que no haya tecnología que permita reciclar las bolsas de plástico, sino que, separarlas del resto de elementos resulta engorroso y encarece los procesos. En el caso del reciclaje de papel, cualquier tipo de plásticos (bolsas, cintas de embalar, protectores, etc.) puede contaminar el producto final. Y en las plantas de compostaje, cada partícula de plástico es un dolor de cabeza para los gestores.
Los plásticos de un solo uso no son reciclables. Nunca, en ninguna circunstancia, ese pueden reciclar. De hecho, están prohibidos. Pero los consumidores debemos rechazar que nos los den en ciertos lugares. Ese es el tipo de presión social que se necesita para que Todas las pajitas, cubiertos, platos, bandejas o los vasos desechables desaparezcan. Acepta solo los que estén fabricados con materiales compostables, biodegradables y/o reciclables.
No es necesario lavar los objetos que vamos a desechar. Pero hacerlo ayuda mucho a que el proceso de reciclar sea más eficaz. Y para cerciorarnos de que nuestros detritus no contengan líquidos, restos de comida o productos, etc. Esto es muy importante, especialmente si estamos tirando envases de productos corrosivos o peligrosos. Ya que podrían motivar otros problemas adicionales (intoxicaciones, quemaduras, abrasiones, etc.). entre quienes deben manipularlos.
Cuando se tiran envases de vidrio es muy importante no hacerlo con las tapas de metal o de plástico. Porque estas deben depositarse en el contenedor que corresponda. En el contenedor verde no se puede depositar cristales, loza, cerámica, etc. (estos van al gris), si no únicamente botellas, frascos o envases de vidrio.
Objetos especiales
Para las baterías, los aceites usados, las bombillas, la ropa, calzado y juguetes y los medicamentos, hay contenedores especiales que seguramente encontrará cerca de casa y que los permite reciclar. En caso de duda, es posible consultar con los Ayuntamientos, los lugares en los que están colocados dichos contenedores en cada ciudad o municipio.
A los electrodomésticos, muebles y todos aquellos objetos que no se usan más o están averiados, deberíamos buscarles una segunda vida. En muchos sitios hay canales de comunicación, que permiten que los vecinos conozcan la disponibilidad de este tipo de efectos. En última instancia, estos enseres no se pueden tirar a la basura cuando apetece, sino que cada Ayuntamiento pauta días específicos para realizar su recogida.