Entre pesos de pesca y munición, más de 44.000 toneladas de plomo acaban abandonados en la naturaleza, solo en Europa. Este tipo de contaminación invisible pone en riesgo la salud de todos los seres vivos, incluidos los humanos y poluciona peligrosamente las aguas y los suelos.
La Agencia Europea de Mezclas y Sustancias Químicas (ECHA) estima que la naturaleza europea recibe 44.000 toneladas de munición y plomos de pesca. Estos pedazos de metal son ingeridos comúnmente por aves acuáticas como cisnes, flamencos, patos y gansos, con una estima de más de un millón de aves acuáticas muertas por plumbismo.
SEO/BirdLife lleva luchando desde hace décadas en favor de la sustitución del plomo por otros metales no tóxicos en el entorno. Gracias a las campañas de voluntariado, la organización, desde 1999, ha retirado más de tres millones y medio de perdigones que ponían en riesgo de intoxicación a los ánsares en Doñana donde buscan granos de grava para ayudar a la digestión de sus alimentos.
En el ámbito internacional, la ONG ha conseguido en 2016 un importante avance: el Congreso de la Unión para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) -la mayor cita internacional dedicada a la conservación, con la participación de 1.300 gobiernos y miembros de la sociedad civil-, aprobó una moción, presentada por los ecologistas, para avanzar en la eliminación gradual de la munición del plomo en la caza.
Con el esfuerzo de diferentes organizaciones y la presión de la sociedad civil se ha conseguido la prohibición de la munición de plomo, primero en los humedales de importancia internacional y, más recientemente, en todos los humedales de la Unión Europea siendo sustituidos por otras aleaciones menos tóxicas.
No más plomo
Actualmente se está intentando que esta prohibición se extienda a todos los ecosistemas en Europa, y desde la ONG se ha lanzado una campaña de información y sensibilización, incluyendo una recogida de firmas de apoyo para terminar con este tóxico, por el bien de las personas y de la naturaleza. En realidad, esta prohibición no debería generar problemas a los sectores afectados dado que existen alternativas menos tóxicas.
En 2021, la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos reconoció la gravedad del problema y propuso prohibir definitivamente la venta y el uso de munición y plomos de pesca de plomo en Europa.
La organización solicita a los responsables de la UE que pongan fin de una vez por todas al envenenamiento por plomo:
- A la Comisión Europea: que publique una propuesta para restringir de forma efectiva el uso de munición y plomos de pesca de plomo.
- A los Gobiernos de la UE: Que apoye la propuesta de la Comisión Europea una vez publicada
- Al Parlamento Europeo: que vote a favor de una propuesta firme que restrinja la munición y los plomos de pesca de plomo.
Impactos del plomo
El plomo es un tóxico que afecta al sistema nervioso con graves efectos en la salud de las personas y otros animales. Sus efectos son conocidos desde la antigüedad y se reconocen como plumbismo o saturnismo y hasta se hipotetizó que sus efectos contribuyeron a la caída del Imperio Romano, llegando a considerar que llegó a reducir las capacidades intelectuales de sus gobernantes.
El plomo ha dejado de añadirse en muchos productos, como la gasolina o las pinturas (precisamente por el riesgo de intoxicación para las personas). La munición es, probablemente, la última fuente importante de plomo que seguimos vertiendo a nuestro entorno. Existen alternativas al plomo con eficacia semejante, y que no producen esos efectos nocivos y que se han probado en países como Dinamarca.
Efectos en los animales
Los efectos en la fauna son muy diversos, pudiendo ser letales o seriamente incapacitantes. Puede reducir las capacidades de reacción perjudicando el comportamiento de las aves provocándoles ser víctimas de otro tipo de mortalidad, como colisión contra tendidos o atropellamiento.
Un reciente informe realizado para la ONG determina las múltiples vías por las que el plomo entra en la cadena trófica. Algunas aves, como las acuáticas, ingieren los perdigones confundiéndolos con gravilla que les serviría para triturar los alimentos vegetales en la molleja, pero también ocurre esto en las aves terrestres. Además, a través de la vegetación puede pasar también a los herbívoros. Los depredadores los ingieren de presas que sólo han sido heridas por disparo y las necrófagas consumirían importantes cantidades a través del consumo de piezas de cazas abatidas por esta munición.
Por último, los humanos que consumen carne de caza son también consumidores involuntarios de importantes cantidades de este tóxico. Incluso las mascotas, a través del consumo de determinados piensos enriquecidos con restos de animales cazados. De hecho, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda evitar la carne de caza en niños menores de siete años y mujeres embarazadas.
La lucha contra la contaminación por plomo en la naturaleza no es nueva, pero cada vez se refuerza mas su necesidad. Y si bien en los humedales no se pueden emplear elementos de este metal, a día de hoy el objetivo es que se prohíba terminantemente su uso en todos los ámbitos, por su enorme peligrosidad.