Hay un país que resalta por encima del resto por la óptima gestión que hace de su basura. Según la Asociación Europea de Residuos, Europa genera más de 190 millones de toneladas de basura. Una situación que ha generado un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero. Para hacer frente a esta delicada situación, no basta con reciclar. Hace varios años que el sistema de recogida de residuos por contenedores de colores fue instaurado en Europa, pero no es suficiente.
De hecho, hay países que han optado por dar un paso más allá con sistemas de retorno de latas y envases en los que el usuario paga un precio extra por el recipiente para garantizar que este retornará. Territorios como Bélgica y Reino Unido están tomándose muy en serio el reciclaje e incluso multan a quienes no siguen las instrucciones anunciadas.
Según registra el sitio web oficial de la Unión Europea, en 2023 los municipios recogieron media tonelada de residuos por habitante de la UE. De esta cifra, solo el 48% se reciclará. Existe una cierta presión para incrementar ese porcentaje. Por este motivo, las nuevas normas de la Unión Europea determinan que, para finales de 2025, el 55% de los residuos municipales y el 65% de los residuos de envases deben estar preparados para que puedan reutilizarse o reciclarse.
Suecia ha logrado un sistema que recicla casi el 100% de los residuos
El crecimiento de la moda rápida y otras tendencias ha hecho que los residuos sigan acumulándose hasta niveles casi imposibles de controlar. Sin embargo, Suecia surge como la salvadora con un sistema 100% reciclable que transforma sus residuos en energía: incineración.
A través de la incineración, este país convierte los residuos en calefacción y electricidad suficiente para abastecer 250 000 hogares. La empresa estatal sueca Vattenfall indicó que apenas el 1% de la basura llega a los vertederos.
El porcentaje restante se convierte en energía con el uso de biometano. Gracias a esta fuente de energía es posible generar calefacción, electricidad y combustible para los coches. Adicionalmente, Suecia importa los residuos de otros países europeos para obtener más energía.
La gestión de la basura en Suecia tiene lugar en las plantas waste-to-energy (WTE). Al llegar la basura, se divide en 3 categorías: basura orgánica (que pasa a ser biogás, compost y fertilizantes), plásticos (que se reciclan) y desechos no reciclables (que se incineran a temperaturas de hasta 850ºC para la producción de electricidad y calefacción).
Suecia es única en el mundo para gestionar basura: tasa de conversión de casi 100%
Con este método, Suecia destaca como el país que más recicla del mundo, con una tasa que llega casi al 100%. El país usa casi la mitad de la basura para generar energía en sus más de 30 centrales eléctricas.
Según la elaboración de una de sus plantas, Tekniska Verkens, en la localidad de Linköping al sur del país, la energía otorgada por 4 toneladas de basura equivale a la de una tonelada de petróleo, 5 de madera y 1,6 de carbón.
Suecia le encuentra un nuevo destino a la basura que tiramos: la energía
Su modelo innovador acota la cantidad de basura que va a parar a vertederos y transforma el desecho en algo valioso. La Asociación de Gestión de Residuos de Suecia reporta que, durante el año 2022, Suecia recicló el 86% del vidrio, el 78% del papel y el 82% del aluminio.
El país que recicla hasta la goma de mascar es Suecia, un territorio que incluso se atreve a comprar basura a sus vecinos para convertirla en energía. La basura parece estar ganando popularidad como recurso, ya que también la hemos visto en inventos revolucionarios como esta batería hecha con basura.