La batería ha tomado un rol protagonista en la vida de todo ser humano. De hecho, ha ido evolucionando tanto que hoy se habla de una alternativa que podría jubilar a las famosas piezas de litio. Desde el teléfono móvil hasta los coches eléctricos necesitan de estas unidades, pasando por una infinidad de inventos electrónicos, la batería se ha convertido en un elemento esencial en la vida moderna.
Sin embargo, pese a su rendimiento, su presencia también se ve como un gran problema medioambiental del momento actual y el impedimento que frena determinados avances técnicos. La industria está frente al desafío de reemplazar las baterías de iones de litio por una solución más flexible y sostenible.
Ahora que se ha logrado una eficiencia óptima que cubre las necesidades de la humanidad, se pretende encontrar opciones igual de duraderas y eficientes, pero ligeras, delgadas y biodegradables. Una realidad que parecía imposible de conseguir hasta que irrumpió un proyecto diferente y novedoso.
Esta batería jubila a las de litio: recurre a la basura como materia prima
El proyecto que podría poner en peligro las piezas de litio tiene que ver con baterías elaboradas con papel que han causado furor en la primera gran feria tecnológica de este 2025, el CES de Las Vegas. Hablamos de las baterías de Flint, una start-up con sede en Singapur.
La empresa asevera que sus unidades de almacenamiento de papel recargables y flexibles son las sustitutas ideales de las actuales baterías de iones de litio, sin tener que renunciar al rendimiento que estas ofrecen. La firma espera poder implementar su tecnología a un amplio repertorio de dispositivos.
Está compuesta principalmente por celulosa, básicamente papel. Sin embargo, su estructura es prácticamente igual a la que vemos en las baterías más comunes. El papel es que consiente la transferencia de iones entre ánodo y cátodo, que hace funcionar la pieza.
Pero, más allá de la parte estética, su química patentada brinda una mayor seguridad, sostenibilidad y rentabilidad. La marca usa un material compuesto por celulosa con aglutinantes y revestimientos para que el papel sea flexible, pero resistente.
Los electrodos y electrolitos son otra patente de la empresa para incrementar la densidad de la potencia de sus baterías. Un dispositivo que puede marcar la industria tanto como esta batería única hecha de hongos.
La basura podría ser la clave para dejar de depender del litio: esta batería es vital
Uno de los beneficios que ofrece este proyecto es la posibilidad de integrar el procedimiento que han desarrollado en sistemas de fabricación de baterías tradicionales para escalar esta novedad a un mercado consolidado y a gran escala. Otro de sus atributos es su rápida eliminación.
Al contrario que las pilas y baterías convencionales, las de Flint se biodegradan en seis semanas. Así, el equipo las transforma en abono para plantas en sus oficinas. Esta cualidad logra que las piezas de Flint no sean aptas todavía para dispositivos perdurables como los teléfonos móviles, un futuro que la firma no descarta, como registra el portal CNET.
Por ejemplo, estas baterías flexibles podrían llevar el diseño de dispositivos como pantallas y móviles plegables a otra escala. En cambio, hasta el momento, este proyecto puede probar su invento en varios equipos más perecederos que demandan ligereza y un mayor vínculo con el medio ambiente, como los sensores biodegradables.
Para el análisis del medio ambiente con pequeños chips y robots, hasta material médico que se está usando para abastecer medicación o controlar la evolución de un paciente sin necesitar de una intervención más invasiva o equipos poco sostenibles.
Esta batería eliminará de la escena a las de litio usando basura como material principal
Durante la primera semana del año, en la feria CES Las Vegas 2025, esta firma adquirió 2 millones de financiación para continuar con el desarrollo y comercialización de estas baterías. Con este impulso financiero, Flint planea la construcción de una planta de producción piloto en Singapur.
Este país no dispone de suficiente fuerza en el mercado de elaboración de baterías, dado que no tiene recursos para ello, como pueden ser el cobalto o el litio. Por ahora, la start-up negocia con más de 20 compañías de diversos sectores, como la electrónica de consumo, defensa o aplicaciones espaciales.
En definitiva, esta batería que utiliza celulosa como materia primera podría desterrar radicalmente a las piezas de litio. Cabe recalcar que la celulosa que emplea puede ser nueva o producto del reciclaje del papel, por lo que en este último punto podríamos hablar de “basura”. Siguiendo esta línea, aseguran que las baterías cambiarán para siempre con la irrupción de este recurso.