Los residuos textiles que se reciban en la futura planta de Sogama, tanto los procedentes de entidades de economía social como de los ayuntamientos serán sometidos a una primera fase de preclasificación, donde se separa todo aquello que no sea textil, así como las prendas que estén en buenas condiciones para un segundo uso.
Acto seguido, los textiles se someten a un proceso de clasificación automática, en el que entra en juego la inteligencia artificial, y, en una segunda fase, se separan elementos impropios y accesorios tales como botones, cremalleras, etc. El material resultante se prensa y envía a los centros recicladores para transformarse en fibra textil reciclada, aunque también puede convertirse en productos aislantes.
Aquella parte que, dadas sus características, no puede ser reutilizada ni reciclada, Sogama la valorizará energéticamente para producir electricidad, evitando de esta forma que acabe enterrada en vertedero, la peor de las opciones debido a su negativo impacto ambiental y sobre la salud. La planta generará, en una primera fase, entre 16 y 30 empleos directos que se cubrirán, con carácter preferente, por personas con discapacidad y/o en riesgo de exclusión social.
Planta de reciclaje de textiles de SOGAMA
El Diario Oficial de Galicia recoge este miércoles el anuncio por el que se hace público el informe de impacto ambiental simplificado del proyecto de planta de clasificación de residuos textiles de Sogama (Cerceda, A Coruña), que considera viable la iniciativa.
La resolución establece que no son previsibles efectos adversos significativos sobre el medio ambiente y, por tanto, no se considera necesario someter el proyecto a evaluación de impacto ambiental ordinaria. Hace varias semanas, la Consellería de Medio Ambiente avanzó los detalles de este anuncio, que salen en la edición de hoy del DOG.
La evaluación considera que el proyecto no va a tener impactos significativos en los distintos ámbitos analizados –contaminación acústica, ambiental, aguas, paisaje, flora y fauna o el patrimonio cultural del entorno, entre otros– y que sería viable la puesta en marcha de la iniciativa siempre que se cumpla con ciertos condicionantes y medidas correctoras establecidas en sus informes.
En este sentido, la Consellería apuntó que el informe fue elaborado en el marco de la evaluación de impacto ambiental simplificada de esta iniciativa empresarial, un trámite en el que el documento ambiental del proyecto fue sometido a información pública, sin que se recibiera ningún escrito o alegato, al tiempo que fueron consultados once organismos interesados.
Fruto de esas consultas, la mayoría de ellos realizaron la valoración correspondiente y establecieron condicionantes que se añaden a los incluidos en el propio programa de vigilancia ambiental que recoge la resolución de la Dirección General de Calidad Ambiental y Sostenibilidad.
La emisión de este informe se produce sin perjuicio del deber del promotor (Sogama) de obtener todas las autorizaciones, licencias, permisos o informes que resulten legalmente exigibles para poder desarrollar el proyecto.
La planta de clasificación de residuo textil se integrará dentro del complejo medioambiental que Sogama tiene en Cerceda con el objetivo de dar valor a más del 90 % de los materiales textiles que reciba destinándolos a la preparación para la reutilización, el reciclaje, la valorización energética u otras vías de gestión de los residuos.
El Ejecutivo gallego prevé invertir cerca de 25 millones de euros en la construcción de esta iniciativa, que será la primera planta pública de clasificación de residuos textiles de la comunidad, que tendrá capacidad para procesar 3.000 toneladas anuales, con la posibilidad de ampliarse hasta, aproximadamente, las 24.000 toneladas por año. EFE/ECOticias.com




















