La dispersión urbana (urban sprawl) ha estado muy presente en la agenda política norteamericana desde hace más de cincuenta años y en la europea desde hace veinte aunque el fenómeno también está presente en Sudamérica.
El artículo con título “Por qué las ciudades crecen de forma dispersa y qué hacer al respecto” escrito por Carlos Raúl Bortolussi publicado en la revista Tys Magazine, fue redactado por el autor como parte del curso de posgrado “Análisis del Paisaje: Herramienta de Gestión, Ordenación y Planificación Territorial”, organizado por Fondo Verde y dirigido por el profesor Dr. Gonzalo de la Fuente de Val.
La dispersión urbana (urban sprawl) ha estado muy presente en la agenda política norteamericana desde hace más de cincuenta años y en la europea desde hace veinte aunque el fenómeno también está presente en Sudamérica. La dispersión urbana presenta patrones diferenciados en función del país y período considerado; sus causas y efectos, de los más evidentes a los más profundos, abarcan aspectos de naturaleza económica, social y ambiental; y los instrumentos para frenarla entran dentro de campos de acción tan variados como la política de vivienda, transporte y energía, o la protección de espacios libres (Muñiz et al. 2006). El crecimiento disperso de las ciudades tiene costos y estos han sido estimados para Estados Unidos. Todd Litman (2015) afirma en un informe titulado “Analysis of Public Policies that Unintentionally Encourage and Subsidize Urban Sprawl”, que el crecimiento disperso, caracterizado por baja densidad, usos de suelo exclusivos y segregados y orientado al automóvil, impone costos incrementales respecto del crecimiento inteligente, caracterizado este último por ciudades de mayor densidad, usos de suelo mixtos y orientado al transporte público. El informe estima el total de costos anuales en más de un billón de dólares estadounidenses.