Según expone en un comunicado, Emesa ha testeado a tal efecto distintos modelos tanto de turismo como de motocicleta eléctrica para comprobar que garantizan los estándares de desempeño y autonomía necesarios para el mantenimiento de la vía. Fruto de estos test, la compañía ha optado finalmente por un modelo en concreto.
La empresa encargada de la conservación, mantenimiento y explotación de la M-30, Emesa, ha instalado el primer punto de recarga para los coches eléctricos de su flota en el contexto de su plan para la integración de este tipo de vehículos en su actividad.
La compañía inició en 2015 las acciones para la sustitución gradual de los vehículos de combustible fósil de su flota –que integran un total de 80 coches, motos y camiones– por modelos eléctricos tecnológicamente compatibles en el contexto de su Auditoría Energética, un proceso por el cual ha establecido las mejoras viables técnica y económicamente para lograr una mayor eficiencia en su actividad.
Según expone en un comunicado, Emesa ha testeado a tal efecto distintos modelos tanto de turismo como de motocicleta eléctrica para comprobar que garantizan los estándares de desempeño y autonomía necesarios para el mantenimiento de la vía. Fruto de estos test, la compañía ha optado finalmente por un modelo en concreto.
En la actualidad, Emesa ya ha incorporado el primero de estos vehículos, que desarrolla sus labores de conservación con normalidad y con arreglo a los mismos parámetros de «rapidez y eficacia» que el modelo al que reemplaza, pero reduciendo sus emisiones de dióxido de carbono en 5,8 toneladas de CO2 al año por cada 100 kilómetros recorridos.
Por ello, la compañía ya ha solicitado dos vehículos eléctricos más que prevé incorporar a su flota en los próximos meses.
De entre las empresas consultadas para acompañar a Emesa en el siguiente paso de esa integración, la compañía eligió a Circutor para llevar a cabo la instalación del primer punto de recarga.
Su selección se basó en el cumplimiento de «todas las exigencias establecidas por la compañía» y, en especial, por garantizar la carga del vehículo al cien por cien en «poco más de una hora».
El técnico del departamento de mantenimiento de Emesa y encargado de la supervisión de la instalación, Carlos Sánchez, ha afirmado que «con este punto de carga van a poder realizar una gestión todavía más eficiente de la creciente flota de vehículos eléctricos, que permitirá ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente sin renunciar a los estándares de calidad por los que se rige nuestra labor de conservación».
El siguiente paso de Emesa en aras de la electrificación de su flota consistirá en incorporar otros dos nuevos puntos de carga en los primeros meses de 2017.
ep