“La gente es muy consciente de que los vehículos europeos emplean mayoritariamente combustibles fósiles. Pero muy pocos conductores saben, que los coches en la UE actualmente se están impulsando en parte, gracias a los biocombustibles e ignoran los efectos de esta situación.”
Biocombustibles de aceites
Mezclar los combustibles fósiles con biocombustibles fue una política inicialmente promovida, como una solución para descarbonizar el transporte, pero la mayoría de los actuales biocombustibles que emplea la UE, han demostrado tener impactos negativos para el Medio Ambiente.
En la UE el aceite de colza es el más utilizado para fabricar biocombustibles, pero cada vez más se emplea aceite de palma, lo que hace que los conductores de la UE, resulten ser los principales consumidores de este tipo de aceite en Europa.
El Parlamento Europeo debate desde hace ya tiempo, acerca del uso de los biocombustibles en Europa. El cultivo de materia prima para los biocombustibles genera un fenómeno llamado cambio indirecto del uso de la tierra, que causa un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente porque promueve la deforestación.
Cada año surgen más pruebas sobre los nefastos impactos climáticos de los biocombustibles y varios estudios han demostrado que, solo el cambio indirecto del uso de la tierra, es algo real y preocupantemente significativo.
Para limitar los daños causados por este tipo de biocombustibles, la UE hizo una primera reforma en su política de biocarburantes en 2012 y en 2015 se comprometió a limitar a un 7%, la cantidad de biocombustibles que se agrega a los de origen fósil y que valoran como energías renovables.
Y aunque la reforma no logró mitigar los impactos climáticos de los biocombustibles y de que hay pruebas fehacientes de que, es un 80% peor para el Medio Ambiente que el diésel regular, el biodiesel en la UE, sigue considerándose un combustible sostenible.
Según un estudio realizado por la Comisión Europea, se estima que el biodiesel que se origina en el aceite de palma, puede ser hasta 3 veces más nefasto para el Medio Ambiente, que el diésel normal y el de colza hasta 1.2 veces más dañino.
Propuesta en discusión
La Comisión Europea sabe que existe la necesidad eliminar gradualmente el apoyo que se le está dando, a los biocombustibles basados en cultivos alimentarios y que hay alternativas más sostenibles, como los llamados “biocombustibles avanzados”, proveniente de la quema de residuos, empleando electricidad de energías renovables.
Desde noviembre de 2016, existe una nueva propuesta que limitaría para el año 2030, la cuota de este tipo de biocombustibles al 3,8%, en 2030. Esta propuesta se está debatiendo aún, en el seno del Parlamento y la Comisión europeos.
El ponente Bas Eickhout, ha propuesto que se tengan en cuenta los impactos de los biocarburantes en el Medio Ambiente y el clima y que el límite se mantenga en un 3,8%. También sostiene que, a partir de 2020, la energía producida a partir de cultivos alimenticios, no debería considerarse ni renovable ni sostenible.
Si se aprobara, su propuesta significaría que estos biocombustibles de alta emisión, principalmente el biodiesel que se fabrica a base de aceites, como el de palma, el de colza o el de soja, dejarían de recibir apoyo político y financiero, por parte de la UE.