Según informan desde el consistorio, la antigüedad de los semáforos hacía necesaria una actuación de gran alcance como ésta, ya que un 35% de los semáforos de la ciudad tienen más de diez años y algunos superan los treinta en una red que tiene su origen en el año 1927, cuando Barcelona colocó el primer semáforo del Estado español.
Más seguros y sostenibles
El cambio de semáforos permitirá mejorar la seguridad de conductores y peatones, ya que tienen una mejor visibilidad que los antiguos. Además, los nuevos dispositivos representan un importante ahorro energético, ya que con la tecnología LED se reduce el consumo eléctrico a una sexta parte. En concreto, se calcula que se ahorrarán 800.000 euros anuales, el equivalente al consumo energético de 1.600 familias. Además, se reducen las averías por fundido, ya que las lentes tienen una vida ocho veces superior a las actuales.
Lo más importante, es que permitirán el monitoreo permanente de los cruces de la ciudad (centralización de la red semafórica), lo que hará que las incidencias se puedan resolver más rápidamente y se mejoren los sistemas de prioridad semafórica. Además, tienen una autonomía de suministro de dos horas en caso de apagón, lo que garantiza su funcionamiento durante este tiempo.
Los nuevos semáforos son de la empresa Tandem Company, ganadora del concurso de ideas convocado por el ayuntamiento de la capital catalana.