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jueves, junio 8, 2023

“Cambio Global Sostenibilidad y Biodiversidad”

Pero, además del cambio climático, evidenciado por el incremento de las temperaturas y

la disminución de las precipitaciones, se presenta el fenómeno de la desertificación

provocada por la variación del clima y por los cambios de usos y la sobreexplotación

del suelo (por la agricultura, la artificialización y la extracción de recursos), a lo que se

une la aceleración de la pérdida de biodiversidad de especies y ecosistemas. A esto

habría que añadir el fenómeno de la globalización económica y tecnológica del actual

“turbocapitalismo” que, además de la presión del aumento de la población mundial, se

convierte en una macrofuerza motriz del cambio, en tanto que facilita el transporte y las

comunicaciones con un enorme impacto ambiental y social.

Y la respuesta estratégica ante este reto sin precedentes, desde el ámbito local al global,

se encuadra en el nuevo marco estratégico definido como desarrollo sostenible. Un

nuevo marco de referencia, un nuevo paradigma- el paradigma sostenibilista- que

plantea una nueva cosmovisión y un espacio común para entender los problemas y

encontrar soluciones compartidas. De esta manera podemos formular estrategias y

definir un nuevo estilo de desarrollo ecoeficiente, con un sentido de perdurabilidad a

largo plazo y de corresponsabilidad entre las generaciones actuales y las generaciones

venideras.

Es necesario hablar de cambio global, y no sólo del cambio climático, que es quizá el

fenómeno más visible, conjuntamente con otros fenómenos globales como la pérdida de

biodiversidad, la desertificación y el uso del suelo, que presentan dinámicas

interrelacionadas y que se retroalimentan continuamente. España es mucho más

vulnerable al conjunto del cambio global y a las dinámicas interdependientes de los

procesos interrelacionados Además, en España tenemos la mayor riqueza biológica del

continente europeo, tanto por ser el país de transición del continente europeo al

continente africano, como por tener las Islas Canarias. Somos el país más rico del

continente europeo biológicamente hablando, y en cualquier caso, perdemos

biodiversidad y capital natural de una forma acelerada.

De aquí la importancia de abordar con otros enfoques el valor del capital natural y la

nueva economía de la biodiversidad reconsiderando el sistema económico como un

subsistema que vive dentro del ecosistema global, reconociendo, asimismo que la

economía es dependiente del medio ambiente, que el crecimiento indefinido es

imposible en un sistema que no puede sobrepasar los límites marcados por la biosfera.

Es un sistema que evoluciona, que no crece, que tiene límites, la economía tiene que

aprender a integrarse en las leyes de la naturaleza y las leyes de la termodinámica, que

están por encima de las leyes del mercado.

¿Vale más, pues, el capital natural?. Vale más el capital natural frente a otras formas de

capital porque tiene características superiores frente al capital artificial, y además

porque los bienes y los servicios ecosistémicos son indispensables para el bienestar

humano, ya que proporcionan servicios de mantenimiento, de aprovisionamiento, de

regulación, culturales, que afectan al en términos de salud, de relaciones personales,

incluso de libertad de acción y de elección.

Y ante la actual situación de “eco-crisis”, económica y ecológica, (sistémica y

civilzatoria) la nueva respuesta est6ratégica es más sostenibilidad para el progreso de

las sociedades, propiciando un cambio del “metabolismo” de la economía real acorde

con la capacidad de carga de los ecosistemas y nuevos valores éticos.

Es la hora de la “refundación ecológica” de la economía en clave de sostenibilidad

integral.

LUIS M. JIMÉNEZ HERRERO

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