Recorrer el Camino de Santiago es una experiencia que atrae a mujeres y hombres de todas las edades y de todas partes del mundo. Cada uno tiene sus propios motivos para hacerlo, pero todos buscan un final previsible: que esta se convierta en una de las experiencias vitales más bonitas e intensas que pueda experimentarse.
A ello hay que sumarla una realidad y es que el turismo sostenible es el que más auge está teniendo a nivel mundial. Hablamos de una forma de viajar diferente, que no busca el paseo masificado y la foto rápida, sino que es practicado por turistas conscientes de su lugar en el mundo y de la huella ecológica que dejan sus viajes.
El Camino de Santiago es tan variopinto que permite disfrutar del arte y la cultura, la espiritualidad y la complicidad con otros peregrinos y el contacto directo con la naturaleza. Y si bien resulta una oportunidad para desconectar del bullicio de la vida cotidiana, relajarse y mejorar el estado de ánimo, tú también puedes hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente y gestionando tu estadía para que la huella que dejes en el camino sea positiva.
Un camino ‘problemático’
Caminar durante días en contacto directo con la naturaleza es una manera maravillosa de reconectar con uno mismo, liberar el estrés y recuperar el equilibrio físico y mental. Pero ello no puede hacerse a costa de ir dejando basura, malas experiencias, exceso de emisiones de gases o un mal uso del agua por todo el Camino de Santiago.
La presión de una inmensa cantidad de peregrinos estaba haciendo que el Camino de Santiago resultase una forma de turismo insostenible por muchas razones: la ingente cantidad de residuos que se generaban, la poca conciencia acerca de la contaminación de los espacios que existía, la masificación que a su vez generaba ofertas que pretendían darle solución, pero eran peores que el mal causado y un largo etc.
Buscando soluciones sostenibles
Las localidades se están esforzando por apostar por la sostenibilidad, siempre entendida desde sus tres pilares básicos, es decir: el económico, el social y el medioambiental. Por ello se han preocupado de dar a cada peregrino, la posibilidad de ser un turista ético y responsable.
Muchos alojamientos han incluido medidas básicas de ahorro: cambio de toallas solo si el huésped lo pide, aire acondicionado a temperaturas medias, recurrir a las energías renovables para el autoconsumo en general y el calentamiento del agua sanitaria, el empleo mínimo de elementos plásticos, una oferta cada vez más amplia a nivel gastronómico basada en la lucha contra el desperdicio alimentario y mucho más.
A ello hay que sumarle otras iniciativas que también resultan significativas. Un ejemplo de ello es que la señalización de todo el camino se está haciendo de forma ecológica y que cada zona protegida está debidamente explicada. Por otro lado, cada vez hay más puntos limpios en los que es posible deshacerse de casi cualquier tipo de residuo. Y los vehículos con bajas emisiones o nulas, como es el caso de los coches y las bicicletas eléctricas son cada vez más populares.
¿Cómo dejar una huella positiva
No hay dudas de que cuando alguien acaba de recorrer el camino de Santiago se lleva un recuerdo indeleble de la experiencia, una huella que no se olvida jamás. Como contrapartida, cada peregrino debe ocuparse que su huella en el Camino sea lo más inocua y positiva posible
Estos son algunos consejos que se pueden poner en práctica para hacer el Camino de Santiago de manera responsable, ética y sostenible:
- Para llegar al comienzo del viaje o volver a casa, elige vehículos de bajas emisiones: transporte público, coches compartidos, etc.
- Lleva contigo tus residuos hasta que encuentres donde depositarlos, para reciclarlos correctamente.
- Usa el agua con cuidado y moderación en todo momento.
- Evita los botellines y todos los plásticos de un solo uso que puedas.
- Elije alojamientos y espacios gastronómicos que demuestren que son sostenibles en la práctica, no solo en los carteles.
- Respeta la naturaleza y los espacios protegidos.
- Cuida la fauna y la flora, no molestes a los animales y no cojas nada (ni una semilla o una piedra) para llevarte.
- Habla en un tono de voz moderado y no hagas ruido innecesario, la contaminación acústica es nefasta para la biodiversidad y puede molestar a otros peregrinos.
- Usa bastones con puntera de goma para no dañar el medio ambiente.
- Cuidado con las rutas, se prudente y no te expongas a tener accidentes.
- En lo posible haz una desconexión tecnológica total, limítate a disfrutar de tu Camino de Santiago.
- Sonríe y se amable con todos los trabajadores que hacen posible este recorrido.
- Se feliz, desde el respeto por todos y todo aquello con lo que te cruces en el Camino de Santiago.
El Camino de Santiago necesita de tu ayuda para ser sostenible
Recuerda que el Camino de Santiago atraviesa paisajes de gran belleza. Desde los Pirineos hasta los verdes campos de Galicia, pasando por las llanuras de Castilla, las verdes costas de Cantabria o las tierras del norte de Portugal.
Pero esto solo es posible si cada uno de los que lo recorre pone su granito de arena para preservarlo. Y la única forma de lograrlo pasa por seguir los consejos que te hemos dado y ayudar a que la sostenibilidad sea el emblema y objetivo de cada uno de los que se unan a esta maravillosa experiencia que es hacer el Camino de Santiago.