Desde hace años, en Cajeando vivimos de cerca el crecimiento del ecommerce. Lo que empezó como un canal complementario para muchas empresas, hoy se ha convertido en el corazón de muchísimos negocios. Pero este crecimiento viene con una responsabilidad que no podemos ignorar: hacerlo de forma sostenible.
Como ecommerce especializado en embalajes, tenemos una doble visión: por un lado, cuidamos cada detalle en nuestra propia operativa; por otro, ayudamos a otras tiendas online a tomar decisiones más responsables, sobre todo en lo que se refiere al packaging y la logística. En este artículo quiero compartir algunas claves que pueden marcar la diferencia.
1. Elige mejor tu embalaje (no siempre más es mejor)
Una de las primeras cosas que se pueden mejorar —y sin grandes complicaciones— es el embalaje. Y aquí no se trata solo de usar cartón reciclado o evitar plásticos (aunque eso ayuda), sino de ajustar bien el tamaño de las cajas, evitar rellenos innecesarios y pensar en el embalaje como algo más que una caja: es una parte de tu marca, y puede ser también un gesto hacia el planeta. También hay cada vez más opciones reutilizables o fabricadas con materiales alternativos. Muchas veces no cuestan mucho más, y transmiten muchísimo.
2. Cuida cómo mueves lo que vendes
Envíos urgentes, rutas poco eficientes, devoluciones sin control… Todo eso suma. Si puedes agrupar pedidos, trabajar con operadores locales o reducir los kilómetros por paquete, tu huella ecológica bajará sin perder calidad de servicio. A veces solo hace falta un poco más de planificación para hacerlo mejor.
También vale la pena explorar soluciones de entrega alternativas, como los puntos de recogida. Cada vez más clientes los prefieren, y su impacto es mucho menor que una entrega domiciliaria individual.
3. Apúntate a la economía circular
El ecommerce genera residuos, sí, pero también tiene el poder de revertir esa lógica si sabemos cómo. Por ejemplo:
- Fomentar la reutilización (tanto interna como por parte de tus clientes)
- Usar materiales compostables o reciclables de verdad
- Colaborar con proveedores que también trabajen con principios sostenibles
Esto no va solo de lo que vendes, sino de cómo lo haces y con quién lo haces.
4. Explica lo que haces (el cliente lo valora)
Una cosa que me he dado cuenta en estos años es que cuando cuentas las cosas bien, la gente responde. Si explicas por qué usas cierto tipo de caja, o cómo reducir residuos tras recibir un pedido, estás haciendo algo más que vender: estás generando conciencia. Y eso se nota.
Hoy más que nunca, los consumidores quieren saber que detrás de un ecommerce hay personas con valores. Sé transparente. Sé coherente. El impacto va más allá del producto.
5. No te obsesiones con hacerlo perfecto. Pero sí con mejorar
La sostenibilidad no es una medalla, ni una meta final. Es una forma de pensar el negocio. Por eso, te animo a medir lo que puedas, a revisar lo que haces cada cierto tiempo y a seguir aprendiendo. Pequeños cambios pueden tener un efecto acumulativo muy positivo. Y lo mejor es que, en muchos casos, esos cambios también suponen ahorro, eficiencia y mejor imagen de marca.
En Cajeando hemos aprendido que no basta con tener buenas intenciones: hay que ponerlas en práctica. Pero también sabemos que ningún ecommerce lo puede hacer solo. Esto es cosa de muchos: proveedores, transportistas, fabricantes, tiendas… y sí, también de los clientes.
Lo importante es empezar. Hacerlo con sentido. Y no dejar de moverse en la dirección correcta.