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viernes, marzo 24, 2023

Crónica desde Berlín, por Cristina García-Orcoyen

Las empresas más activas en el campo del desarrollo sostenible están reunidas desde ayer en Berlín con objeto de debatir y fijar posiciones comunes para llevar a la Cumbre de la Tierra en Rio, el próximo día 19 de junio, en una sesión dedicada en exclusiva a los negocios y su implicación en el desarrollo sostenible.

Esta es la crónica de lo escuchado y mis reflexiones en este momento de cambios.

Los dirigentes empresariales creen que hemos perdido la capacidad de acción colectiva que permitió la recuperación de la economía mundial después de la Segunda Guerra Mundial. También, que estamos necesitados de liderazgo y de visión colectiva en medio de este marasmo de individualismo y visión a corto plazo.

Y lo que se comenta, tanto desde el estrado como en los pasillos, es que los gobiernos están paralizados por la crisis y que la reunión del G8, que acaba de celebrarse, no ha aportado nada en términos de acuerdos comunes y mucho menos de acción.
Esta mañana comentaba un panelista que había mucho miedo en las empresas a poner en riesgo su competitividad y crecimiento y que posiblemente este temor lastrara aún más a los Estados en la consecución de su objetivo de dejar la crisis atrás cuanto antes. Esa falta de espíritu de tarea colectiva inspirada por una meta común, no me atrevo ni a mencionar los ideales que un día llevaron a creer en una Europa Unida, es con el que se va a llegar a Rio+20.

Y es que para la Cumbre de la Tierra tampoco hay perspectivas de acuerdo en los grandes temas. No hay acuerdo sobre el papel de instituciones como el PNUMA, ni acuerdos en temas concretos como el de las pesquerías. Tampoco se sabe qué hacer con una sociedad de consumo que sigue gastándose el capital de sus hijos y de sus nietos. Así se ven las cosas desde el lado de las empresas, pero es que la sociedad no difiere mucho de esta percepción. La opinión de expertos españoles es prácticamente la misma. Según la última encuesta que hemos hecho desde la Fundación Entorno – BCSD España, los ciudadanos y las empresas desconfían de las instituciones internacionales y no creen que se puedan establecerse acuerdos vinculantes a nivel global con metas y objetivos concretos.

He asistido a muchas Cumbres y reuniones intencionales y en pocas el panorama era tan sombrío como ahora. Sin embargo, a pesar de tantas reticencias, barreras y miedos, creo que las empresas pueden hacer algo importante para frenar el deterioro del planeta, de hecho ya lo están haciendo muchas de ellas sin esperar a que los gobiernos muevan ficha. Las empresas deben hacer sus negocios más eficientes y ahorrar costes, desarrollar nuevos productos que respondan a nuevas demandas, incluso ahora que el consumidor no está dispuesto a pagar más por productos sostenibles, mejorar la gestión de recursos, de su cadena de valor, de sus inversiones y de su forma de comunicar. Ello redundará, en términos de liderazgo, en los mercados y, por tanto, en beneficios.

Evidentemente, llega un momento en que los líderes políticos tienen que liderar. Y desde la
empresa tenemos que ser prácticos y específicos proponiendo cosas concretas a los gobiernos.
Río no nos va a proporcionar conclusiones claras, pero al menos no nos llevará a las
conclusiones equivocadas.

Parte del entusiasmo posterior a la Segunda Guerra Mundial tuvo que ver con las instituciones
que se crearon, las NN.UU., el Consejo de Seguridad y el Banco Mundial. Va a ser necesario
cambiar las instituciones globales y Río nos da una oportunidad para ello iniciando procesos
que nos lleven a soluciones en las que se impliquen empresas, sociedad civil y gobiernos.

Y desde el mundo de la empresa llegamos a Rio +20 con el informe Changing Pace, que acaba
de presentar el World Business Council for Sustainable Development en el día de ayer.

Estamos convencidos de que los mercados no lo resuelven todo y necesitamos decisiones
políticas valientes y en la dirección correcta. De esta reflexión empresarial nace Changing
Pace, un ofrecimiento para abrir un debate constructivo y eficaz, entre las empresas y los
estados que nos permita alcanzar un desarrollo económico y social sostenible en el medio y
largo plazo.

Creo que a pesar de todas las dificultades, todas las reticencias y todas las parálisis, en Rio +20
se puede pone de pie un proceso más acorde con las necesidades de hoy y del futuro.

ECOticias.com – http://www.fundacionentorno.org/

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