Los centros de datos florecen en la España seca. Desde 2022 se lanzan cada año, más y más proyectos, como el de Amazon o Google. Entre sus promotores están todas las principales empresas especializadas en construir y subarrendar este tipo de infraestructura a otras compañías.
Un centro de datos es un espacio que alberga los servidores clave para cualquier servicio digital, así como todos los sistemas de almacenamiento, de comunicación y de refrigeración que necesitan como apoyo para poder funcionar, que consumen ingentes cantidades de energía y agua.
Las economías de escala y la progresiva digitalización de la vida han llevado a que los centros de datos sean cada vez más grandes, lo que ha hecho que algunos ya los denominen macrogranjas de servidores, un eufemismo como tantos otros.
Basta ya de centros de datos que se beben el agua de España
Ecologistas en Acción y Tunubesecamirío han presentado alegaciones de nuevo a la modificación de la autorización ambiental de los centros de datos de Amazon en Villanueva de Gállego, Huesca y El Burgo de Ebro para el aumento de un 48% de sus consumos de agua.
Para justificar este aumento alegan “que la exposición a periodos prolongados de altas temperaturas ambientales tiene un impacto inevitable y directo en el agua consumida por los centros de datos, haciendo que la demanda de agua de abastecimiento durante los periodos de calor aumente”.
Aunque en esto tienen razón, los ecologistas no creen que este sea un motivo que justifique un aumento del consumo de agua para su actividad. En primer lugar, porque el cambio climático ya se tuvo que haber tenido en cuenta en la solicitud original de autorización ambiental, ya que el cambio climático no es un fenómeno que haya llegado este año.
Y en segundo lugar, porque en las condiciones de estrés hídrico que se describe con el aumento del calor es precisamente cuando se debería limitar el consumo de esta industria para garantizar el acceso al agua a la población y agricultura.
Además, una investigación reciente de El País ha estimado que el centro de datos de Huesca de AWS ha consumido casi el doble de agua de lo que se le había concedido. Siendo este el único centro de datos del que se ha podido obtener información, pero la sospecha, fundada en la experiencia de las prácticas en otros países, era y es que esta es una práctica muy extendida.
Cabe resaltar que en esta obligación de transparencia y control fallan estrepitosamente las administraciones. Los propios ayuntamientos y el propio gobierno de Aragón, que gestiona el impuesto medioambiental sobre las aguas residuales, esconde los datos de consumo de agua y vertidos cuando deberían ser los organismos que garanticen su transparencia.
Ojo con el PIGA
También por esto estas organizaciones presentarán próximamente alegaciones adicionales al PIGA, ya que denuncian que este cambio se debería de haber tenido en cuenta en la tramitación del PIGA. Desde que se publicaron las primeras alegaciones, la empresa AWS ha realizado una enorme campaña de reputación pública con eventos como en el Congreso TECH4Water, donde se les olvidó mencionar que iban a pedir ese aumento del 48% del consumo de agua. (Arilla, 2025).
Teniendo en cuenta, la opacidad habitual de este tipo de empresas sobre el gasto de agua (Gabott, 2024, Jimenez-Arandia, 2025, Myhton, 2021) parece que desligar esta segunda parte de alegaciones de la primera parece una estrategia para ofuscar los datos de consumo de agua, haciéndolos más difícil de encontrar, entender y explicar para el público general. Es decir, que, por un lado, juegan al ecopostureo y por otro a la ofuscación de datos.
Por todo ello, los diversos grupos ecologistas piden que no se tramite esta autorización ambiental y que se implemente mecanismos de vigilancia eficaces e independientes y ECOticias.com le da voz a dicha solicitud.