Se ha descubierto lo que podría ser el código fuente de la vida. Un recurso que podría solucionar el mayor problema del mundo. La humanidad es consciente de la importancia del agua como elemento de vida y bien común para la óptima supervivencia de los seres vivos. El mayor beneficio que brinda el agua es la hidratación. El agua también puede adquirir otros usos en el día a día, como el riego de cosechas o fines domésticos. Así las cosas, el agua es uno de los indicadores más importantes de la salud pública.
¿Un experimento más o el código fuente de la vida?
Tras comunicarse que este es el Santo Grial de la energía, ha salido a la luz el que podría ser el código fuente de la vida. Es un invento capaz de crear agua, un recurso que es sinónimo de vida. Sin ella, no podría subsistir ni el ser humano ni otro gran número de especies.
De hecho, uno de los grandes y graves problemas del mundo es la escasez de agua. Una verdad que es incómoda, pero que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo. Muchos usuarios dependen de agua subterránea para sobrevivir.
No obstante, este recurso pronto podría dejar de tener su razón de ser porque se está convirtiendo, poco a poco, en impotable. Una nueva invención disruptiva podría proporcionar una óptima solución a todos aquellos que no cuentan con agua potable. Fue creada por ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
En primera instancia, parece que es una idea sacada de una película de ciencia ficción. Está compuesto por un método de control del tamaño de una caja de zapatos, paneles solares y un uso inteligente de la electrodiálisis se agrega a un dispositivo de agua limpia que funciona por completo con la luz solar. Y solo cuando el Sol brilla. No hay necesidad de utilizar baterías, energía de respaldo o excusas.
Agua para todos parece ser el lema de este invento: ¿el código fuente de la vida?
La electrodiálisis, el ápice menos conocido de la ósmosis inversa, usa campos eléctricos para extraer la sal del agua. Se refiere a una tecnología prometedora, pero vinculada a las redes eléctricas o a los generadores de combustibles fósiles. El equipo de MIT ha puesto el foco en este punto.
Su objetivo es liberar la electrodiálisis de la energía sucia. Quieren hacerla funcionar en las zonas más ricas de la luz solar y pobres recursos del planeta. Durante meses de pruebas, el equipo creó un sistema de control de retroalimentación tan sensible que reacciona a los cambios en la luz solar varias veces por segundo.
Aun si aparece una nube pasajera, el módulo hace “su magia”. Ajusta la cantidad de agua que fluye mediante el sistema sobre la marcha. Garantiza que la energía no se desperdicie y que no sea necesario recurrir a una batería.
Una innovación radical que permite que el 94% de la energía solar recolectada se use en tiempo real, una eficiencia difícilmente vista incluso en sistemas solares de alta gama. El equipo del MIT ha hecho historia produciendo agua potable con energías renovables, sin almacenamiento en baterías. Fue un gran desafío desde el principio. Y lo consiguieron.
Una “máquina de agua” sería el nuevo código fuente de la vida
Durante una minuciosa prueba de campo de 6 meses en el Centro Nacional de Investigación de Desalinización de Aguas Subterráneas Salobres en Alamogordo, Nuevo México, el sistema generó 5000 litros de agua limpia por día.
La localización es especialmente conocida por sus temperaturas extremas y cambios de luz solar. Todo proveniente de aguas subterráneas salobres que suelen ser demasiado saladas para ofrecer un uso seguro. Es suficiente agua potable para cientos de personas.
Todo a partir de un sistema autónomo que no necesita la red, diésel o batería de respaldo. Lo que caracteriza a este proyecto, y es su principal rasgo distintivo, es su simplicidad radical. Dejando de lado las baterías, el dispositivo se convierte en una pieza más liviana, más barata y fácil de implementar.
Eso la convierte en un modelo óptimo para comunidades remotas en las que los costos de envío y el mantenimiento técnico suelen ser puntos decisivos. Los investigadores tienen el deseo de seguir adelante fuera del laboratorio.
Ya exploran nuevas formas vías de comercialización para que sus unidades de desalinización irrumpan en las comunidades más necesitadas. En sus manos podría estar el código fuente de la vida y la solución al mayor problema del mundo. Mientras tanto, en Asia experimentan con la energía azul.