Años después del inicio de la Gran Muralla Verde africana (ideada para contener el Sáhara), el mundo descubre qué sucedió realmente. El Sahel se extiende por el sur del Sáhara, el territorio comprendido desde Senegal en el oeste, hasta Etiopía en el este de África. Debido a las sequías, los sistemas de cultivo agrícolas deficientes y el uso excesivo de la Tierra ante la creciente demanda de alimentos o leña, un gran número de áreas que antes gozaron de fertilidad hoy están prácticamente sin cultivar.
Para tratar de ofrecer una solución a esta delicada situación, además del continuo avance de la desertificación en toda la zona, en el año 2007 una iniciativa encabezada por la Unión Africana propuso la plantación de una línea de árboles que, con alrededor de 8.000 kilómetros de longitud y 1 de anchura, atravesara los puntos más áridos del Sahel.
El proyecto terminaría conociéndose bajo la denominación “Gran Muralla Verde del Sahel”. Esta barrera de árboles pretendía frenar el avance del desierto, extendiéndose desde Senegal en el Oeste, hasta Eritrea, en el extremo opuesto del continente, pasando por un total de 11 países y restaurando unos 100 millones de hectáreas de tierra.
En este contexto, 2022 fue un antes y un después para el proyecto, puesto que salió a la luz “HIDALGO GARCÍA, Mar. La Gran Muralla Verde: entre la esperanza y la realidad. Documento de Análisis IEEE 17/2022”. En dicho documento, el Instituto Español de Estudios Estratégicos publicó los avances de la iniciativa y la proyección de futuro de cara a 2030.
Gran Muralla Verde de África: un proyecto ambicioso, pero ¿viable?
Desde el principio, la Gran Muralla Verde africana tuvo que hacer frente a diversos problemas que retrasaron la culminación de los objetivos fijados para 2030. Durante la Cumbre One Planet celebrada en enero de 2021 en París, Emmanuel Macron, anunció lo que llamaron “Acelerador de la Gran Muralla Verde”, un elemento con el que se busca salvar la iniciativa. Desde 2007, y pese a albergar casos puntuales de éxito, la Gran Muralla Verde se enfrentó con múltiples dificultades.
Según recoge el informe publicado en 2020 por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) sobre de situación de la Gran Muralla Verde de 2020, el proyecto solo llegó al 4% de los objetivos marcados en 2007.
Esta situación llevó a que muchos vieran la Gran Muralla Verde africana como una pérdida de tiempo y dinero. Algunas de las causas fueron el incremento de los conflictos e inseguridad en la zona del Sahel, la falta de inversiones y el concepto de que la naturaleza haría lo propio tras la plantación de los árboles.
Pese a que el objetivo era loable, se plantó una inmensa cantidad de árboles en zonas con pocos o ningún habitante para mantenerlos. Además, se dejaron de lado otras prácticas agrícolas convencionales usadas por las poblaciones locales, existieron problemas de coordinación entre países y el retorno de la inversión no fue significativo. Hasta aquí, lo que pasó en la primera fase, pero después la Gran Muralla Verde se sumergió en una segunda donde se mejoraron prácticas que auguran esperanza para África.
Gran Muralla Verde de África: proyecciones de futuro
Como mencionamos anteriormente, Emmanuel Macron habló en 2021 sobre el “Acelerador de la Gran Muralla Verde”, con el que brindó un apoyo económico de 14.000 millones de dólares durante los próximos 5 años a partir de entonces, que provenían de gobiernos y entidades financieras. En 2022, la cantidad había ascendido a 19.000 millones de dólares. Con un nuevo enfoque, la Gran Muralla Verde entró en una nueva fase en la que obtuvo el apoyo de la comunidad internacional.
Para que el proyecto de la Gran Muralla Verde avance y culmine en 2030 de acuerdo a lo planeada, es vital terminar con los problemas interceptados en la primera fase. El nuevo enfoque apunta a la productividad, optimizando los rendimientos y ejecutando un uso más eficiente de la Tierra.
En lugar de reforestar únicamente, también se aplicarían políticas de ordenación de la Tierra entre las que están incluidas técnicas de recolección de agua, agrosilvicultura y agricultura regenerativa. Sumado a esto, la tecnología y la inversión privada deben estar presentes y jugar su papel satisfactoriamente.
Bajo estas circunstancias, la Gran Muralla Verde africana sigue con proyecciones prometedoras, siempre que se lleven a término en plazos de tiempo y con expectativas razonables. Mientras llega el momento cumbre para la Gran Muralla Verde, el mundo busca detener a África con su megaproyecto: el Índico está en peligro.