Desde diferentes movimientos sociales hace tiempo que se defiende una agenda de reducción progresiva del tráfico de cruceros en los puertos de Cataluña, pero según Stop Cruceros las graves circunstancias actuales llevan a elevar un escalón más sus reivindicaciones.
Según explican, la falta absoluta de una reacción política efectiva ante la crisis energética, el abismo climático y ecológico que ya vivimos y la vergonzosa inacción de los gobiernos hacen aún más urgente la necesidad de tomar medidas radicales, entre las que la organización contempla la desaparición de estos innecesarios focos flotantes de contaminación.
Demasiados cruceros contaminantes en Barcelona
La plataforma Stop Cruceros Cataluña considera insuficiente el plan urbanístico acordado para reducir de 7 a 5 las terminales de cruceros en el Puerto de Barcelona y pide su anulación y que se aborde «un decrecimiento real». Según afirma esta plataforma en un comunicado, el plan de reducción de terminales acordado entre el ayuntamiento y el Puerto de Barcelona «es del todo insuficiente y no persigue la reducción real del tráfico de cruceros y cruceristas en la ciudad».
Para la plataforma, el acuerdo «es una estrategia de distracción y un intento de reducir la conflictividad del turismo, e implica una simple reconfiguración del sector en la ciudad«. Considera, en este sentido, que «el Ayuntamiento de Barcelona ha tomado una propuesta de los movimientos sociales y ha presentado una medida que se sitúa a años vista y que diluye totalmente la reivindicación original».
El objetivo de esta maniobra es, opina la plataforma, «desactivar la lucha y simular que se encarga de resolver los problemas que ocasiona la industria de cruceros«. El Puerto y el Ayuntamiento de Barcelona han firmado un protocolo que prevé la eliminación de tres terminales de cruceros (A, B y C) y sustituirlas por una nueva «megaterminal» que, según la mencionada plataforma, «acabará siendo la mayor de cruceros del puerto y del Mediterráneo, con capacidad para 7.000 pasajeros».
Este protocolo, indica, «bebe claramente de la propuesta hecha por Stop Cruceros en abril de 2024: cierre a coste cero de tres terminales (una inmediatamente y dos en el plazo de dos y tres años), así como parada de la construcción de la terminal G y el estudio de las opciones de cierre de las restantes«.
Los catalanes no ven beneficios reales en el turismo de crucero
Los miembros de la plataforma creen que «probablemente, el ayuntamiento y el Puerto han hecho sus cálculos y, ante la conflictividad social en torno al turismo y muy especialmente del turismo de cruceros, han diseñado una medida que presentan como reducción o limitación de este sector». Sin embargo, advierten de que «en realidad, consolida la insoportable explotación de la ciudad en cuanto al turismo en general y al de cruceros en particular».
La plataforma interpreta que el acuerdo «sólo responde a los intereses del ‘lobby’ de cruceros y del mismo puerto», y que «se enmarca dentro de la forma de gobernar del gobierno (del alcalde Jaume Collboni), a golpe de titulares y con medidas que, tal vez, podrían empezar a tener un mínimo efecto más allá de su mandato actual, como ha hecho con la supuesta eliminación de los pisos turísticos en 2028″.
El anuncio según el cual la nueva «megaterminal» C priorizará a los cruceros de puerto base, a los que inician y terminan viaje en Barcelona, representa «una obsesión del gobierno Collboni, que los considera mejores para la ciudad respecto a los que solo hacen escala».
«Pero, justamente, las ventajas que destacan en clave economicista (más pernoctaciones, más vuelos) son las que más agravan los impactos sociales y ambientales«, alerta la plataforma. El motivo, precisa, es que «más pernoctaciones provocan más tensión en el mercado de la vivienda, y más vuelos (la mayoría intercontinentales) suponen una mayor contaminación del aire y más emisiones de CO2».
A todo ello, «hay que añadir un mayor consumo de recursos básicos (agua, energía) y más residuos, que deben gestionarse y que se quedan en nuestro territorio», añade la misma plataforma.
Stop Cruceros explica que en estos momentos no tienen ninguna validez los falsos debates como el de la supuesta ventaja de los cruceros que comienzan y terminan travesía en la ciudad sobre los que hacen escala, ni el de la desestacionalización, porque todos los cruceros son un mal para la ciudad y el mundo. EFE / ECOticias.com