La figura del dron está ganando cada vez más notoriedad producto de su versatilidad. Rasgo que permite a esta tecnología llegar a una amplia variedad de actividad de manera eficiente. Estas aeronaves no tripuladas han pasado de ser curiosidades a herramientas vitales para varios sectores. Su uso ya se ha adoptado en el sector industrial y agrícola, donde han tomado las labores de inspección y mantenimiento.
Diferentes compañías de energía los utilizan para revisar líneas eléctricas, turbinas eólicas y paneles solares, interceptando fallos en minutos que antes necesitaban horas de inspección humana. En obras civiles y de construcción, un dron puede crear mapas 3D de un sitio en desarrollo, hacer un monitoreo sobre el progreso y detectar desviaciones. Al mismo tiempo, puede mejorar la precisión y acotar las amenazas para los trabajadores.
Otros drones se equipan con cámaras multiespectrales para sobrevolar los campos y analizar el estado de salud de los cultivos, hallar plagas o necesidades de riesgo. Todas estas funciones permiten que los agricultores tomen decisiones informadas sobre sus actividades. También existen drones fumigadores de grandes dimensiones, que pueden rociar fertilizantes o pesticidas de manera dirigida.
Crean el dron de la vida: no se ha visto algo así
Creíamos haber visto el epítome de esta tecnología con el dron eficiente y barato capaz de predecir climáticos extremos. Sin embargo, lo que está pasando con el dron de la vida supera todo lo que se ha visto hasta ahora.
Un grupo de investigadores noruegos y daneses han elaborado un dron que planta árboles en menos de 10 segundos, incluso en terrenos aparentemente inaccesibles.
De esta forma, crean vida. Esta función es especialmente importante, dado que la plantación de árboles continúa siendo una tarea intensiva, costosa y muy sujeto a la mano de obra. Según informa EcoInventos, en 2024, Noruega reportó más de 48 millones de plántulas plantadas en 2600 km2.
Así, el modelo tradicional empieza a poner de manifiesto sus acotados límites, marcados por la falta de trabajadores, un terreno irregular y el coste de la maquinaria pesada. Ante estos retos, una nueva generación de drones propone una nueva realidad.
Las condiciones de múltiples áreas forestales noruegas, con pendientes pronunciadas, acceso limitado y clima impredecible, hacen difícil el empleo de las plantadoras mecanizadas convencionales. Estas máquinas necesitan que varios factores se alineen para poder cumplir su función de forma óptimo: terrenos amplios, planos y accesibles.
Dichas características no siempre están presentes cuando los bosques son administrados por pequeños propietarios.
Encuentran una nueva función para el dron: ahora también planta árboles
En este punto, el dron tiene mucho que aportar. Es un invento ligero, autónomo y preciso, que puede acceder a zonas inaccesibles para las máquinas grandes sin compactar el suelo ni alterar el ecosistema cercano. Sumado a esto, su capacidad para operar en condiciones dispares los convierte en aparatos sumamente atractivos.
SkyPlanter, proyecto desarrollado por el Instituto Noruego de Bioeconomía (NIBIO) junto con la Universidad del Sur de Dinamarca, despliega una plantación dirigida con plántulas. Con este sistema, que va más allá del simple “bombardeo de semillas”, se aumenta de forma exponencial la tasa de éxito en el proceso.
Al contrario de lo que sucede en otros sistemas pasivos, el SkyPlanter realiza tres pasos en un tiempo inferior a 10 seguros: perforar el suelo, insertar la plántula y afianzarla con una presión final. Queda como resultado una siembra firme, en la ubicación óptima, con una probabilidad mucho más alta de que el árbol salga adelante.
Visión de futuro del dron plantador de árboles
Hoy esta tarea necesita de un operador humano, pero el pronóstico es conseguir el desarrollo de un método autónomo y autosuficiente en el futuro.
El equipo de investigación ya trabaja en la integración de inteligencia artificial, sensores LIDAR y cámaras multiespectrales, que harán posible que el dron estudie el terreno, evite obstáculos y optimice las zonas de plantación.
Con estas prometedoras características, el “dron de la vida” permite plantar árboles en tan solo 10 segundos, convirtiéndose en una pieza clave de la transición ecológica. Mientras esta tecnología termina de instaurarse, ya se están utilizando drones para la restauración ambiental del arroyo de El Partido (Doñana).