Lo cierto es que tan importante es tener esas grandes o pequeñas ideas como poder trabajarlas con otros, retocarlas, transformarlas, mejorarlas, e impulsar su puesta en marcha. De lo contrario, las ideas se quedan en sueños, en buenas intenciones y, en ocasiones, nos remueven por dentro cuando otro las ejecuta (yo ya había tenido esa idea antes, me han robado la idea, -desde cuándo las ideas tienen propietario-, etc.).
Como decía mi amigo David Luquin en un post reciente titulado “Escúchate por fuera” –con tu permiso David, pongo el enlace para quien quiera disfrutar con su lectura-las ideas que uno tiene en la cabeza, mientras no se verbalizan son “grandes ideas”, sin embargo cuando tratamos de explicárselas a alguien y, por lo tanto las verbalizamos o externalizamos, es cuando empezamos a encontrarle puntos de mejora, aspectos que no habíamos tenido en cuenta que influyen en su viabilidad, y acabamos normalmente o transformándola totalmente o desechándola.
Lo cierto es que tan importante es tener esas grandes o pequeñas ideas como poder trabajarlas con otros, retocarlas, transformarlas, mejorarlas, e impulsar su puesta en marcha. De lo contrario, las ideas se quedan en sueños, en buenas intenciones y, en ocasiones, nos remueven por dentro cuando otro las ejecuta (yo ya había tenido esa idea antes, me han robado la idea, -¿desde cuándo las ideas tienen propietario?-, etc.). Estamos hablando en definitiva de que tan importante es la creatividad en una persona, es decir su capacidad para pensar nuevas ideas, como su capacidad para llevarlas a la práctica. Siempre me ha gustado hacer el paralelismo entre lo que nos ocurre a nivel personal y nuestro comportamiento en el entorno empresarial. En nuestro entorno personal el idear nuevas cosas para hacer, con nuestra familia o nuestros amigos, es algo con lo que creo todos disfrutamos. Basta decir ¿y si nos vamos el fin de semana a una casa rural? Y esa idea sirve ya de excusa para reunirnos, discutir, mejorar la idea, cambiarla, consensuarla, aportar más elementos que hacen más atractivo el plan, y finalmente organizarlo y hacerlo. Estamos “escuchando nuestra idea”.
En ocasiones, de esa idea surgen muchas otras que son deseos de hacer algo diferente y que se pospone para estudiarla más adelante y prepararla con más calma porque es bastante más complicada llevarla a cabo. Y ¿qué papel cumple cada uno de nuestros familiares y/o amigos en estas ocasiones? Siempre nos encontramos con muchos perfiles muy diferentes:
- el aguafiestas”, que siempre pone un “es que” o un “pero” a cada una de las propuestas, pero que es necesario para que el viaje no se convierta en una auténtica locura irreal por impracticable;
- el perfeccionista y metódico (también llamado el ingeniero) que tiene mapas, planos, brújulas y cualquier invento de última generación que va a permitir planificar sin perdernos todo lo que vamos a hacer desde que iniciamos el viaje hasta que llegamos.
- Otro perfil importante es el “creativo” que quiere organizar juegos en equipos cada vez más originales,
- y el “complaciente” ese que apenas interviene, todo le parece estupendo y espera que los demás digan qué es lo que tiene que hacer y/o llevar. Es un estupendo ayudante en la logística del viaje.
- Y siempre, siempre, hay un movilizador, el que se ocupa de llamar a todos, poner orden en las ideas, concretar cuando el tema se va de su objetivo. Suele ser también el que lleva las “cuentas” del viaje y en definitiva el referente para todos y que sirve de enlace entre unos y otros para que todo salga de maravilla.
Lo cierto es que TODOS Y CADA UNO DE ESOS ROLES son necesarios y aportan lo suyo para construir y hacer realidad una idea, pero o hay alguien que empuja y sirve de enlace entre todos ellos, o probablemente esa idea se quede en eso, en una simple idea, una ilusión que no se ejecuta. Y esa es la figura del INNOVADOR, la persona que es capaz de hacer que las ideas sean una realidad.
Vayamos ahora al plano de la empresa: los comportamientos que adoptamos en una empresa dependen en mucha medida de cómo seamos cada uno de nosotros y de las medidas y herramientas que cada empresa utilice para gestionarse. La primera pregunta es si en nuestra empresa fluyen las ideas, ¿de dónde salen esas ideas? ¿solo de los directivos o también de los demás empleados? ¿saben los empleados a quién dirigirse cuando tienen una idea? ¿qué hace tu empresa con esa “bolsa de ideas”? ¿quién decide cuáles se van a llevar a cabo y cuáles no? ¿quién se ocupa de verbalizarlas para darles forma? ¿quién hace de enlace entre los distintos departamentos para configurar la idea y hacerla presentable y practicable? ¿qué papel cumple cada uno de los trabajadores en la implementación de las ideas? ¿Tenemos en nuestra empresa personas INNOVADORAS capaces de formar equipos de trabajo que mejoren y perfilen las nuevas ideas de negocio, de que las ideas se externalicen y que sean capaces de implementarlas?
Creo que en una empresa es importante que las ideas fluyan y que todo el personal de la empresa se sienta con libertad para verbalizarlas, que la dirección sepa elegir en función de su estrategia, cuáles llevar a cabo y cuales posponer a un momento futuro, y que en la empresa se detecten esas personas Innovadoras que son capaces de movilizar personas que cumplen distintos roles, perfiles y maneras de actuar, y que movilice los recursos en la organización para implementar las ideas. En una palabra, queremos que nuestras ideas no sean simples ideas, sino que se conviertan en realidad y que trabajemos en ellas con la misma ilusión y ganas que tenemos cuando se trata de un objetivo personal.
Invito por lo tanto a las empresas para que hagan posible para detectar en su organización esos perfiles Innovadores que provocarán que la empresa no se pare, actúe, innove, evolucione y, en definitiva, siga siendo competitiva. Y hagamos también lo posible por gestionar de manera adecuada el proceso de innovación, desde permitir que las ideas fluyan hasta poner los medios para que se lleven a la práctica.
Desde la Cámara, con la financiación del Servicio Navarro de Empleo y la colaboración de Cinfa, hemos puesto en marcha la Escuela de Innovación, un espacio para que las ideas se conviertan en proyectos y los equipos sean más innovadores.
¿Hay personas innovadoras en tu empresa?
www.navarrainnova.com – Teresa Nagore