“Son tres vasos que muestran los tres principales mecanismos de un pasado heroico mitológico de la aristocracia del ibérico final, simbolizando su propia figura”, declara a Sinc Héctor Uroz Rodríguez, autor principal del estudio.
Solo los guerreros, caballeros y oligarcas podían estar representados en la publicidad heroica que los aristócratas ibéricos encargaban en el primer tercio del siglo I a. C. Para crear un pasado épico, estos nobles pasaron de utilizar la escultura a plasmar esta propaganda en vasijas de barro.
Científicos de la Universidad de Alicante hallaron un total de 16 de estas vasijas con imágenes figurativas en el yacimiento de Libisosa (Albacete), y describen tres de ellas en un artículo que publica el Archivo Español de Arqueología.
“Son tres vasos que muestran los tres principales mecanismos de un pasado heroico mitológico de la aristocracia del ibérico final, simbolizando su propia figura”, declara a Sinc Héctor Uroz Rodríguez, autor principal del estudio.
Para los científicos, la iconografía ibérica en general es una especie de libro en imágenes que tienen que descifrar.
En concreto, estos vasos constan principalmente de una decoración figurada, ya sea humana o animal, de la aristocracia ibérica para su uso propagandístico. Intentan construir un currículo evocando un pasado heroico que no existió. Una mitología de su propia estirpe.
“Pero tanta importancia tienen los vasos en sí como el contexto en el que aparecieron. Este lugar representa lo que se podría denominar como una ‘Pompeya ibérica’, porque cuenta con la fase del ibérico final mejor conservada de España”, añade.
El yacimiento de Libisosa –que arranca en época prehistórica y en la que se han documentado restos medievales, pasando por época romana y época ibérica– se empezó a excavar en el año 1996 de forma ininterrumpida.
Una ciudad arrasada de un día para otro
Por lo que se refiere a la época a la que pertenecen las vasijas, ibérico final, “el yacimiento aparece como una tumba en vida –argumenta Uroz–. Un poblado destruido de forma repentina de un día para otro, que causa un efecto Vesubio, pero en este caso provocado por el ejército romano”.
Es un momento de guerras civiles entre romanos por el poder. Diversas facciones de su aristocracia luchan por el dominio unipersonal. Algo que no llegará hasta la época de Augusto, el primer emperador romano.
Según el investigador, la península ibérica –que era ya una provincia de Roma–, sirve de campo de batalla de los conflictos entre los romanos. Libisosa desaparece con la Guerra de Sertorio, un general romano en conflicto con Cecilio Metelo. No existen fuentes literarias sobre la afiliación de este poblado respecto al conflicto.
“Libisosa no es solo importante por lo que se ha encontrado hasta ahora, sino también por el potencial que tiene. Hemos intervenido en 17 campañas de excavación, en el 10% del yacimiento. Tenemos inventariadas más de 145.000 piezas. Siempre digo que del mundo ibérico lo mejor está por descubrir y posiblemente lo encontremos algún día aquí”, concluye Uroz.