Un estudio de la escuela SBS revela que el 40% de los emprendedores del futuro será intraemprendedor, es decir, aquellos que actúan igual que los emprendedores pero dentro de una empresa ya formada.
En los últimos años el concepto del «intraemprendedor» se está instalando en las grandes firmas de nuestro país, y ha venido para quedarse. Al menos así lo revela el último estudio llevado a cabo por la escuela de negocios «Spain Business School (SBS)», donde se ha señalado que el 40% del emprendimiento en los próximos años vendrá de la mano de los intraemprendedores.
Las empresas tienen la necesidad de reconocer y potenciar dentro de sus plantillas a esas personas que lideran y que son capaces de llevar proyectos adelante a través de la innovación, atribuyéndoles nuevas responsabilidades y dejando que abanderen una línea de negocio específica que traerá nuevos beneficios a la empresa.
Así surgió el concepto del intraemprendedor que, en definitiva, se han definido como aquellos emprendedores que desarrollan proyectos bajo el amparo de la empresa para la que trabajan. Empleados por cuenta ajena que entregan su talento a una compañía determinada, que se aprovecha de los recursos de la compañía, y que además recibe un salario más o menos fijo, reduciendo la incertidumbre habitual de los emprendedores.
Estos profesionales suelen ser perfiles muy involucrados, que poseen capacidades específicas y que se apasionan con nuevas oportunidades, por encima de la media del resto de trabajadores, para responsabilizarse y llevar a buen término nuevas iniciativas por las que lucharán encarecidamente.
Ventajas y riesgos
En este sentido, el estudio ha señalado que el 40% de los encuestados considera que los intraemprendedores cuentan con ventajas sobre el resto del colectivo, ya que no tienen tantos impedimentos burocráticos. Sin embargo, la otra mitad considera que los impedimentos son los mismos para ambos, puesto que empiezan con la idea desde cero, y que lo que más cuesta es ponerla en marcha.
En cuanto a los riesgos, consideran que el emprendedor arriesga mucho más, ya que en caso de fracasar lo pierde todo, y el intraemprendedor no. Asimismo, la mayoría cree que el éxito de un proyecto no lo puede asegurar nadie.
Por ello, y para el correcto desempeño de sus funciones, las organizaciones tienen que dotar al intraemprendedor de confianza, independencia y flexibilidad de horarios y también pensar que existe un riesgo, ya que cualquier nueva vía de negocio que se ponga en marcha dentro de la compañía podrá aportar nuevos beneficios, pero también hay que estar preparado por si el proyecto no llega a buen fin.
Aquí es donde entran en juego las nuevas tecnologías, un avance esencial a favor de empresas y trabajadores, ya que por un lado aportan a los intraemprendedores nuevas herramientas para poder afianzar su marca personal, destacar en sus habilidades y darse a conocer mostrando su talento y, por otra parte, facilitan a las empresas la búsqueda de estos profesionales para poder llegar hasta ellos.
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