Investigadores descubrieron que la cápside, uno de los componentes principales del virus, posee gran flexibilidad, lo que resulta esencial para el ensamblado de la partícula infecciosa.
Investigadores del Instituto Pasteur de Montevideo y de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República de Uruguay han descifrado una estructura clave en un virus «primo» del VIH, que ataca al ganado. Este hallazgo podría ayudar a conocer mejor al VIH y desarrollar nuevos fármacos.
El trabajo, publicado en la revista Science, permitió saber cómo funciona una proteína esencial para el virus de la leucemia bovina, llamada cápside. Se trata de una especie de cáscara que se abre cuando el virus entra a la célula. La identificación permite atacarla con un fármaco.
La leucosis bovina (BLV) está presente en más de la mitad del ganado lechero, si bien no ataca a los seres humanos. Afecta a las defensas de los animales, disminuye su producción de leche en un 5 por ciento y los torna vulnerables a otras infecciones. Alejandro Buschiazzo, responsable de la Unidad de Cristalografía de Proteínas del Instituto Pasteur de Montevideo, y Otto Pritsch, profesor agregado de Inmunobiología de Medicina y responsable de la Unidad de Biofísica de Proteínas del Pasteur, son coautores del trabajo.
El equipo de trabajo incluyó esencialmente estudiantes e investigadores uruguayos: Gonzalo Obal, Felipe Trajtenberg, Federico Carrión, Lorena Tomé, Nicole Larrieux, Otto Pritsch y Alejandro Buschiazzo, junto a Xiang Zhang, de origen chino. La investigación les ha llevado cuatro años de estudio y la utilización de un equipo de casi medio millón de dólares.
Flexibilidad
Los investigadores descubrieron que la cápside, uno de los componentes principales del virus, posee gran flexibilidad, lo que resulta esencial para el ensamblado de la partícula infecciosa. Esta observación no había sido lograda con ningún retrovirus previamente, razón por la cual el trabajo mereció su publicación en la revista Science.
Este destacado descubrimiento de los científicos uruguayos fue posible gracias a haber podido observar la estructura tridimensional de la cápside del virus BLV, con alta resolución, llegando a tener detalle atómico. Más importante aún, el trabajo fue efectuado usando la proteína de cápside sin ninguna modificación o ingeniería de proteínas.
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