Toshiba ha desarrollado un robot con forma de escorpión, capaz de introducirse en el recipiente de contención primaria (PCV) del reactor número dos (uno de los más afectados junto al 1 y al 3, ya que estaban en funcionamiento en el momento de la catástrofe).
El 11 de marzo de 2011, la central nuclear de Fukushima (Japón) vio como una enorme ola, provocada por el tsunami que afectó a gran parte de la costa nipona, arrasaba cuanto encontraba a su paso. Varios reactores de esta central se vieron gravemente dañados, hasta el punto de que parte del combustible quedó fundido con el reactor y se produjo una importante fuga radioactiva hacia el exterior. El accidente, considerado el mayor de la historia de la energía nuclear –junto a Chernóbil-, provocó una evacuación (parte obligada, parte voluntaria) de cientos de miles de personas, además de obligar a unas duras tareas de limpieza y contención de todos los materiales peligrosos expuestos durante el tsunami.
En estos momentos, numerosos profesionales están trabajando para limpiar la central nuclear y asegurar al máximo la zona. Sin embargo, se enfrentan a un gran inconveniente que sólo la tecnología ha conseguido salvar: no pueden acceder a determinadas áreas, como el núcleo dañado de la central, ya que es demasiado peligroso para su salud.
Por ello, Toshiba ha desarrollado un robot con forma de escorpión, capaz de introducirse en el recipiente de contención primaria (PCV) del reactor número dos (uno de los más afectados junto al 1 y al 3, ya que estaban en funcionamiento en el momento de la catástrofe). Este robot, de 54 centímetros de largo y 5 Kg de peso, es capaz de recuperar el equilibrio si lo pierde por cualquier golpe o movimiento no deseado. En el medio del diseño se encuentra una junta, que permite elevar la parte trasera del dispositivo como si de la cola de un escorpión se tratara.
¿Por qué un escorpión?
¿Y por qué este diseño tan peculiar? Según informan en CNET, el robot cuenta con una cámara y flash LED en la parte frontal del robot pero también con otra lente adicional, acompañada asimismo de otro LED, en la parte trasera (“la cola”), lo cual permite tomar mejores imágenes del entorno. Todo ello con el fin de que los científicos puedan determinar mejor la condición y ubicación del combustible fundido en el reactor.
El robot, que no verá la luz hasta dentro de al menos dos meses, cuenta además con un termómetro y un dosímetro. Desde Toshiba aseguran que este dispositivo es capaz de soportar radiaciones de infarto: hasta 100 Sieverts por hora, durante un máximo de diez horas. Se supone que en el reactor dos de Fukushima la radiación en estos momentos es de unos 700 Sieverts/hora, pero más vale prevenir que curar.
www.ticbeat.com – INNOVAticias