Los investigadores han descubierto que al congelar ácido sulfhídrico y someterlo a altísimas presiones, el material se convierte en un metal superdonductor a una temperatura de -70 grados Celsius (203 Kelvin).
El ácido sulfhídrico es un gas tóxico con un desagradable olor a podrido. Sin embargo, acaba de establecer un nuevo récord como el superconductor capaz de funcionar a una temperatura más elevada. Es lo bastante alta, de hecho, que podría funcionar a una temperatura ambiente en la Tierra, la de la Antártida.
El descubrimiento es obra de un equipo de científicos del Instituto de Química Max Planck en Mainz, Alemania. Los investigadores han descubierto que al congelar ácido sulfhídrico y someterlo a altísimas presiones, el material se convierte en un metal superdonductor a una temperatura de -70 grados Celsius (203 Kelvin). El avance rompe el anterior récord de superconductvidad, establecido en -110 grados.
Para lograr comprimir el gas hasta convertirlo en metal, los investigadores del Max Planck han recurrido a una prensa para fabricar diamantes sintéticos capaz de generar presiones equivalentes a 1,6 millones de atmósferas.
La única mala noticia es que los creadores de este nuevo material aún no saben exactamente por qué el ácido sulfhídrico reacciona así. La hipótesis más probable es que los iones de hidrógeno del compuesto contribuyan a formar los pares de Cooper necesarios para que se produzca superconductividad.
En materiales conductores normales, los electrones rebotan en los iones del metal y pierden energía. En algunos materiales a temperaturas extremadamente bajas, los iones crean una estructura que hace que los electrones se agrupen en parejas denominadas Pares de Cooper. Pese a tener la misma carga, estas parejas de electrones chocan menos con los iones y por tanto transmiten la carga eléctrica de manera mucho más eficiente.
El problema es que para lograr estos pares es preciso enfriar el material a temperaturas bajísimas. La superconductividad a altas temperaturas es un hito aún no alcanzado por la ciencia que revolucionaría completamente la electrónica y la ingeniería tal y como las conocemos. Hoy estamos unos grados más cerca de lograrlo.