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jueves, junio 1, 2023

5G un futuro brillante y veloz

En España vivimos en medio de la revolución 4G, en la que el servicio de datos móviles está todavía en su infancia, tanto en capacidades de cobertura como de velocidad, pero ya se vislumbra la llegada del 5G a nivel mundial.

El 4G en España

Lamentablemente y como siempre suele suceder, los adelantos y el progreso llegan a nuestro país con un considerable retraso. Eso es un hecho histórico y repetitivo desde la época de la Ilustración.

El 4G arribó a mediados de 2013 cuando ya hacía años que era moneda corriente en muchos otros sitios del mundo y lo hizo básicamente porque su instalación era una forma de ahorrar para las compañías operadoras, ya que los costes de mantenimiento son sensiblemente menores y el sistema permite la conexión a más antenas que el anterior 3G.

Pero en realidad, salvo que se tiene una velocidad real mayor en cuanto a la transmisión y recepción de datos, poco más ha cambiado y no se explotan realmente las grandes posibilidades de esta tecnología. De hecho, Pocket-lint ha dicho que con el 4G se pueden lograr velocidades de banda ancha móvil de hasta 1 Gbps, algo que aquí suena a utopía.

¿Qué es 5G?

5G es el nombre que actualmente se da a la próxima generación de conectividad de datos móviles que vendrá después de exprimir hasta la última gota de opciones y posibilidades del 4G.

Proporcionará velocidades de banda ancha increíblemente rápidas, pero lo más importante es que tendrá capacidad suficiente para realizar todas las funciones que se necesiten, sin importar cuántas personas están conectadas al mismo tiempo y sin merma de velocidad.

Aparentemente el objetivo de 5G es llegar a ser invisible. Debe ser una tecnología casi “omnipresente”, como la electricidad. Se permitirá a los fabricantes de dispositivos adaptarlos orientados al Internet de las cosas, ya que siempre estará encendido y no tendrá una regionalización.

¿Por qué lo necesitamos?

Una de las principales ventajas de la tecnología 5G sobre la 4G no será su velocidad de entrega, que ciertamente podría ser de entre 10 Gbps y 100 Gbps, sino su inmediatez. En la actualidad, 4G es capaz de dar respuestas entre 40 ms y 60 ms, lo cual no es suficiente para proporcionar una respuesta en tiempo real. Los juegos multi-jugador, por ejemplo, para ser realmente eficaces requieren que cuando se pulse un botón, el servidor remoto responda al instante.

Otro ejemplo de la inmediatez del 5G es el siguiente: gracias a que la velocidad de recepción sería de entre 1 y 10 ms, durante el transcurso de un partido de fútbol, entre la imagen de la pantalla gigante del estadio y la de nuestros móviles, no se percibiría ningún retraso (como sucede en la actualidad). A esto se le llama “latencia”.

En cuanto a las conexiones vía Internet, esta inmediatez se presenta como algo muy tangible si tenemos conectados entre si varios aparatos y objetos que emplean funciones inteligentes, la llamada Internet de las Cosas.

Con el 4G el ancho de banda se vería desbordado por el crecimiento de la demanda, pero el 5G sería capaz de asignar a cada usuario el ancho de banda que necesite en función del uso que le da.

En otras palabra, para quienes solo usen Internet para navegar por la red, les tocará un ancho menor (pero holgado y suficiente), que si tienen todos los aparatos sincronizados y conectados mediante Internet de las cosas (y cada cual pagaría lo que corresponda y no una tarifa genérica).

También habría una cuestión de prioridades a la hora de hacer uso de dicha banda, ya que en caso de demanda excesiva, habría una “cola” y por delante del usuario común estarían por ejemplo las comunicaciones más prioritarias, como el control de tráfico o la vigilancia policial.

La capacidad será fundamental para el futuro de la transmisión de vídeo. En 2030, se cree que el 76 por ciento del tráfico de datos utilizará la transmisión de vídeo. Las velocidades de datos de 4G podrían asumirlo, pero si todo el mundo usa esta tecnología al mismo tiempo, las estadísticas sugieren que la red tendría dificultades para cumplir con la demanda.

Por último, otra ventaja importante a la tecnología 5G es que las normas y el espectro de bandas que será reservado para su despliegue, se han acordado a nivel mundial durante las Conferencias Mundiales de Radiocomunicaciones, por lo que un móvil 5G va a trabajar en la misma banda exacta del sistema y del espectro en los EEUU, en Corea del Sur, en España y en cualquier otro lugar

¿Cuándo llegará?

Se espera que los estándares para 5G serán acordados y fijados para 2020 y que las aplicaciones de negocio para la tecnología empezarán a aparecer en 2022 o 23. Podría tomar otros dos o tres años para que el consumidor “doméstico” acceda a dicha tecnología.

La idea es que si se hacen bien las cosas en cuanto a la colocación de la infraestructura, a diferencia de cuando se idearon 1G, 2G y 3G, 5G se basará en un sistema flexible que puede actualizarse en lugar de requerir remplazo.

En los últimos años, las tecnologías móviles de datos se construyeron alrededor de hardware, mientras que 5G será impulsada por software que es mucho más fácil de actualizar (y menos costoso).

Solo queda esperar a que el 5G sea tan versátil, funcional y útil como lo plantean quienes impulsan esta tecnología y que en nuestro país, las operadoras “se pongan las pilas” y los gobiernos no empiecen a proponer limitaciones, impuestos y/o controles, como suelen hacer cada vez que aparece algo nuevo y medianamente accesible.

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