Cuando hablamos de almejas nos referimos a unos moluscos del tipo bivalvo (tiene dos conchas), que en realidad comprende una amplia cantidad de especies. Viven en las costas de ríos, océanos, mares y lagos de todo el mundo, donde se entierran en el cieno o la arena, ya que se alimentan de los microorganismos que capturan al filtrar el agua.
Se pueden consumir cocidas o crudas dependiendo de la edad del marisco, dado que las más grandes son algo más duras y es recomendable una cocción previa a su ingesta. Al elegir este alimento es fundamental asegurarse que sean frescas (las valvas deben estar firmemente apretadas o cerrarse al menor roce) y que procedan de la pesca sostenible.
Se pueden conservar en el refrigerador durante 1 o 2 días, siempre que estén dentro de la concha. La pulpa de almejas debe ser consumida dentro de las 24 horas de su adquisición y también hay opciones de almejas enlatadas.
Para asegurarse que las que están vivas no tengan arena, es aconsejable sumergirlas en agua con un poco de sal por unas horas, removiéndolas cada tanto para que la filtren naturalmente y queden limpias. Este alimento puede consumirse casi sin límites de edad, excepto si se padece de alergia o intolerancia.
Las almejas tienen un contenido calórico bajo, aportan gran cantidad de proteínas, yodo, ácidos grasos, vitaminas del grupo B, especialmente ácido fólico, potasio y calcio. Este alimento destaca por ser una de las mayores fuentes de hierro, por lo que se recomienda su consumo a las personas que padecen de anemia ferropénica u otras carencias de este metal.
Beneficios para la salud de las almejas
La vitamina B12 que contiene las almejas, junto con el hierro y otros elementos, resulta fundamental para las mujeres en períodos premenstruales o durante la regla, ya que estos elementos contribuyen a la regeneración de los glóbulos rojos. También tiene efectos antiestrés, anti fatiga y relajantes.
El cuerpo humano necesita que se le suministren grandes cantidades de aminoácidos, de los que la almeja aporta ingentes dosis, puesto que son los elementos constituyentes de las proteínas, significativos e imprescindibles para la regeneración de la fibra muscular, la piel, etc.
De entre los ácidos grasos que contiene la almeja destaca el Omega-3, que ayuda a reducir y controlar la presión arterial, hace bajar los triglicéridos y evita la formación de coágulos sanguíneos, de modo que es un alimento que promueve la salud cardio y cerebrovascular.