2022: un verano fuera de lo normal. AEMET ha confirmado recientemente lo que era un secreto a voces: el verano de 2022 es el más cálido de su serie de datos. Pese a que la inmensa mayoría de la población percibía que ha sido un verano atípico. No han faltado discursos que, a falta de argumentación científica y en un alarde de ‘ingenio’, se han opuesto a la evidencia.
Y lo han hecho esgrimiendo ridículas tesis tales como “este es el calor típico de todos los años”, “es normal que haga calor en verano”. O “se tiende a exagerar y meter miedo mediante la manipulación de ciertas escalas de colores”.
¿Cuán anómalo ha sido este verano?
La imagen siguiente muestra el número de récords cálidos para el conjunto de la España peninsular desde 1951. En un mundo en el que únicamente existiese variabilidad natural se estimaría haber registrado entre 1 y 2 récords este verano.
La explicación es sencilla: supongamos que queremos construir una base de datos y para ello comenzamos nuestras medidas de temperatura media diaria el 1 de enero de 1951. El valor de ese día supone un récord al ser el único para un 1 de enero. También el del día 2, 3, 4 de enero de 1951, etc. 2022: un verano fuera de lo normal.
En total registramos 365 récords en 1951. ¿Qué sucederá el 1 de enero de 1952? Esa temperatura puede ser igual, mayor o menor que la del 1 de enero anterior. La probabilidad de que sea igual o superior (récord cálido) es de 1 entre 2. Lo mismo sucede para el 2, 3, 4 de enero de 1952, etc.
En promedio, en el segundo año se esperarían batir la mitad de los récords cálidos: 365/2. La probabilidad de que el 1 de enero de 1953 registre la temperatura más alta de todos los 1 de enero anteriores es de 1 entre 3. En promedio, el tercer año de registro se esperarían batir 365/3 récords cálidos. Y así sucesivamente.
De este modo se obtiene la gráfica de la figura 1. La curva negra es el número teórico de récords cálidos esperados en un mundo en el que únicamente existiese variabilidad natural. Las barras de color rojo indican los récords reales observados: muy superiores a lo que cabría esperar.
Exceso de ‘récords’
La probabilidad en 2022 es de 1 entre 70, de modo que, si definimos el verano climatológico como los meses de junio, julio y agosto (JJA), cabría esperar que en esos 92 días se registrasen 92/70 = 1.31, es decir, uno o dos récords cálidos para el conjunto de la España peninsular.
¿Cuántos se han registrado? Dieciséis. La probabilidad de que esto suceda por puro azar es literalmente cero [*]. Los altos valores de temperatura registrados este verano son incompatibles con un escenario de variabilidad natural; no pueden explicarse, no han sido normales. 2022: un verano fuera de lo normal.
Para exponer hasta qué punto han sido anómalos se ha calculado el valor umbral de temperatura media que representa la mediana o el percentil 50 (p50). Y se ha obtenido el valor de 24.6 ⁰C. En otras palabras, en la mitad de los días de verano de 2022 (JJA) la temperatura media diaria de la Península Ibérica fue igual o superior a 24.6 ⁰C.
Puede parecer un valor pequeño, pero piensa que es una media de todas las horas del día y de toda la península. Para poner el dato en contexto se ha calculado en cada verano desde 1950 el porcentaje de días de JJA que se igualó o superó este umbral. El resultado es el de la siguiente imagen y habla por sí solo.
Extremos reales
Durante las décadas de los 50 a 80 el número de días de JJA que superaron el umbral de 24.6 ⁰C apenas si llegaron al 8%. Hay años en los que incluso no superaron el 2%. Lo habitual de este verano ha sido lo que en aquellas fechas calificarían como extremo. A partir de los años 90 el porcentaje crece sobremanera hasta alcanzar el 15-20%.
Durante el tórrido verano de 2003, casi el 30% de sus días igualaron o superaron el umbral de 24.6 ⁰C. De los 10 años de la década pasada, seis superaron el 20% y dos escalaron hasta el 39%.
El resultado es más robusto e incontestable al pasar a una escala más propia del clima, la decadal. Agrupando los datos en décadas y en periodos climatológicos de 30 años, se distingue cómo lo que comienza siendo extremo se vuelve cada vez más habitual.
Estos resultados no son achacables al efecto de isla de calor urbana, pues no utilizan datos puntuales de estaciones ubicadas en centros urbanos, sino el reanálisis de ERA5, que trabaja con datos de rejilla de resolución lat/lon = 0,125⁰x0,125⁰ y que diluye cualquier efecto local de ese tipo. La correlación entre los datos de ERA5 y los datos de rejilla utilizados por Aemet es altísima y pone de manifiesto la enorme fiabilidad de esta fuente.
Temperaturas cada vez más altas
Si asemejamos los datos del verano a una distribución gaussiana, se distingue cómo existe un cierto desacoplamiento entre la década de los 50 del siglo pasado y la de los 10 del siglo actual. Los valores altos de temperatura son cada vez más frecuentes (figura 3a).
El achatamiento de la curva negra (aumento de sigma) es una evidencia de que el clima no solo se está calentando, sino que, además, se está extremando. Esta tendencia hacia lo extremo es más acusada en Aragón, Sistema Ibérico y puntos de la Meseta, mientras que es más suave o incluso negativa en Galicia, Asturias y el litoral murciano.
Al comparar los veranos de los 50 con el de 2022 resulta más evidente el paulatino desacoplamiento (figura 3b). El área rojiza define una situación de ola de calor dados los estándares de la década de los 50. Durante este verano esa situación se ha multiplicado por 3,5 (área gris). Lo que antes era extremo se va haciendo cada vez más normal y habitual.
Lo que se viene
Más pronto que tarde, este verano de 2022, el más extremo de la serie de datos de Aemet, será un verano típico y usual. Llegado el caso, los eventos extremos de calor (área gris de la figura 3c) estarán casi desacoplados a los de los años 50 (área rojiza) y las futuras olas de calor serán virtualmente imposibles en un escenario de variabilidad natural.
Prácticamente, no serán necesarios estudios para afirmar con total rotundidad y sin género de dudas que todas las futuras olas de calor llevarán la incuestionable marca del calentamiento global.
[*] Puedes calcular la probabilidad aquí suponiendo que los récords se ajustan a una distribución binomial con n=92 y p=1/70. La probabilidad de obtener 16 o más éxitos (x≥16) es prácticamente cero.
Agradecimientos a José Ángel Núñez Mora (Agencia Estatal de Meteorología): 2022: un verano fuera de lo normal.