¿Qué fruta sirve?
Las frutas que elijas siempre deben ser ecológicas, porque es la única forma de tener la certeza de que nuestros batidos no contendrán trazas de químicos, pesticidas o productos transgénicos. Esto da una garantía de salud, que además resulta primordial cuando vamos a emplear las frutas enteras, sin pelar.
Al seleccionarlas debemos asegurarnos que estén frescas y en su punto justo de maduración. No busquemos la perfección externa, sino la dureza o la ternura de una pulpa bien sazonada o el aroma inconfundible de un producto natural y orgánico, que satisfaga todos nuestros sentidos.
De nada sirve elegir una fruta cuya piel refulge porque ha sido previamente encerada. Este procedimiento solo encarece el producto y tiene un resultado únicamente estético. Es preferible que, aunque no tenga tan buen aspecto, sea tierna, jugosa y posea la textura, el color y el olor adecuados.
En cuanto al dulzor, siempre es mejor dejar que los azúcares naturales de la fruta sean los que den el punto al batido, pero los más golosos pueden agregar miel ecológica, edulcorar con Stevia o emplear azúcar moreno de cultivo sostenible. De lo que debes olvidarte es del azúcar blanco refinado y de los edulcorantes químicos.
¿Batidos con agua o leche?
Esa es una de las grandes incógnitas de los batidos y abarca mucho más que agua o leche (que además puede ser de vaca, oveja, cabra, etc.): muchos zumos ecológicos sirven como base para agregar frutas y preparar unos batidos exquisitos, lo mismo sucede con los preparados de soja, de avellanas, de avena, de almendras, etc., siempre que sean alimentos ecológicos.
Los batidos tienen la enorme ventaja de ser muy versátiles, por lo que la improvisación nunca debe descartarse. Si apetece probar una mezcla de ingredientes que por separado nos encantan, ¿por qué no hacerlo? A priori las posibilidades son prácticamente infinitas, así que anímate a crear tu propia receta.
Batido de nísperos, manzanas y hierbabuena
Coge un buen puñado de nísperos (unos 20 a 25 según el tamaño) quítales la piel, deshuésalos y coloca la pulpa en el vaso de preparación, agrega una manzana verde pelada, sin el corazón y troceada y algunas hojitas de hierbabuena (la cantidad dependerá de cuánto te guste su sabor).
Agrega agua, leche o el líquido que tú elijas y bate con el mixer hasta que la mezcla adquiera una consistencia cremosa. Endulza a placer, agrégale cubitos de hielo o hielo picado y dale una alegría a tu paladar y a tu salud.
Por Sandra MG para “El Periódico Verde”