El producto ecológico busca sitio en la Comunitat Valenciana

Publicado el: 12 de marzo de 2010 a las 14:54
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El producto ecológico busca sitio en la Comunitat Valenciana

Es la radiografía rápida del sector ecológico valenciano, cuyo despunte definitivo, coinciden expertos y profesionales, está frenado por la desconexión existente entre oferta y demanda. Un desencuentro que se salva en casos concretos gracias al esfuerzo individual de muchos, pero que carece de un respaldo contundente y definitivo de la Generalitat valenciana.

La desconexión entre producción y consumo frena un mayor crecimiento
La superficie ecológica cultivada se ha duplicado en ocho años. Las actividades industriales vinculadas al campo se han disparado, apoyadas en la vocación exportadora. Y el consumo crece, aunque no acaba de explotar.



Es la radiografía rápida del sector ecológico valenciano, cuyo despunte definitivo, coinciden expertos y profesionales, está frenado por la desconexión existente entre oferta y demanda. Un desencuentro que se salva en casos concretos gracias al esfuerzo individual de muchos, pero que carece de un respaldo contundente y definitivo de la Generalitat valenciana.
 
Es, en resumen, un sector deslavazado que cuenta cada día con más adeptos.

Cuando la asociación de consumo responsable Mercatrèmol de Alicante nació hace tres años, contaba con 15 socios. Hoy son 140. Los socios abonan diez euros al mes y acceden a los productos a coste. Amador Navarro y Patricia Dopazo, dos de sus fundadores, explican que la asociación compra los productos a agricultores o industrias de la provincia o alrededores. La cosmética es la única que tienen que buscar en Alemania. Creen que la provincia de Alicante vive una efervescencia en creación de este tipo de asociaciones, que vinculan a la insatisfacción del público con el consumo.



Mercatrèmol trata de evitar intermediarios para que la «mayoría de los productos se puedan comparar» en precio con los convencionales. «No queremos que se equipare ecológico a elitista», agrega Dopazo, quien en cualquier caso admite que los productos frescos sí son más caros. El boca a boca funciona y el movimiento crece, hasta el punto de que Mercatrèmol asegura que muchos de sus proveedores «sólo venden a cooperativas de consumo y circuitos pequeños». Es un «triunfo» que para Dopazo evidencia que «existe un circuito económico al margen de la gran distribución».

Alicante tuvo en 1982 la primera asociación ecológica de la Comunidad Valenciana, recuerda Vicent Bordera, presidente de Bioalacant. Ahora proliferan iniciativas en Dénia, Altea, Elda-Petrer, Elche o Crevillent. En Valencia este asociacionismo también cobra fuerza. Las asociaciones insisten en que su objetivo es cubrir costos y defienden que el dinero debe llegar directamente al agricultor. También son conscientes de las reticencias que frenan el crecimiento del consumo ecológico, y es que fuera de estos colectivos el consumidor se encuentra con falta de variedad y un alto precio, explica Bordera.

«Claro que es más caro el producto ecológico, pero hay que priorizar. El iPhone también es uno de los teléfonos más caros y es uno de los más vendidos», aporta Rafael Laborda, profesor del departamento de Ecosistemas Forestales de la Universidad Politécnica de Valencia. Laborda asegura que la implantación de los alimentos ecológicos en la Comunidad «es lento, como el ritmo de la misma sociedad». Aboga por acercar al productor y al consumidor.

«Podemos ser optimistas porque cada vez hay más tiendas de productos ecológicos en más ciudades», defiende, pero también alerta del peligro de que estos comercios acaben siendo accesibles solo a la gente con poder adquisitivo y de que se consuman productos ecológicos producidos «a miles de kilómetros». El profesor ha experimentado poniendo en contacto a un agricultor con una tieComunidad Valenciananda de barrio. «Y funciona», afirma. El productor vende ya directamente.

«Nos gustaría evitar al máximo los intermediarios, pero a veces es difícil porque las tiendas quieren trabajar con distribuidores», explica María Vicente Viñas, socia de Bodega Artesana, cooperativa de trabajo asociado de Agullent creada en mayo de 2007 y que vende cerveza a Mercatrèmol. La cooperativa también ha embotellado este año 1.800 botellas de vino ecológico amparado en la DO Valencia. Productos que venden a tiendas especializadas, restaurantes ecológicos o grupos de consumo de toda España, aunque el mercado valenciano es el principal. María explica un motivo de que su cerveza sea más cara: la malta hay que comprarla en Alemania. El proceso artesanal también encarece. Pese a todo, cuando empezaron sólo una gran firma cervecera vendía una versión ecológica y ahora hay ya un negocio similar en Utiel-Requena.

 

R.Biot – El País.com – Comunidad Valenciana – www.vidasana.org

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