El movimiento de agricultura ecológica, con casi cien años de historia en Europa, vive y se desarrolla hoy en día en multitud de ejemplos e iniciativas que demuestran
La visión unilateral de la agricultura como una industria de producción de alimentos o como proveedora de materia prima para otras industrias, ha reducido su papel a la obtención del máximo rendimiento en biomasa por metro cuadrado al menor coste económico posible. El resultado es un alejamiento cada vez mayor entre la agricultura, el alimento y el ser humano.
El movimiento de agricultura ecológica, con casi cien años de historia en Europa, vive y se desarrolla hoy en día en multitud de ejemplos e iniciativas que demuestran, fuera de toda duda, que la agricultura puede seguir siendo fuente de servicios sociales imprescindibles para el ser humano, más allá de la producción de alimentos sanos o de los llamados servicios ambientales, que ya se le reconocen.
Esta edición continúa el debate iniciado en las dos ediciones anteriores celebradas sobre “Oportunidades de negocio y alternativas de financiación en Europa” (2007) y
“La fijación del precio y el papel de los distintos agentes” (2009).