La Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) pide a la Unión Europea que integre las migraciones climáticas en sus políticas y que regule la actividad de las grandes empresas que contribuyen a la emergencia climática.
«Es imprescindible trabajar por que las políticas climáticas no contribuyan a la expulsión de las poblaciones», subraya el estudio, presentado este martes 10 de noviembre en Madrid. Además, sugiere que la nueva normativa haga referencia a la justicia global y climática, así como a las relaciones desiguales en el contexto de la globalización y a la responsabilidad del Norte global y, en concreto, de la UE y sus empresas.
Asimismo, propone la inclusión de una referencia explícita a las emisiones de gases de efecto invernadero de las que también son responsables las empresas de la UE. En el acto, celebrado en Madrid de manera presencial y emitido en directo vía YouTube, la directora académica del proyecto Migraciones Climáticas, Susana Borrás, ha hecho hincapié en que «este proyecto y sus informes anuales son fundamentales para reconocer y visibilizar la realidad de tantísimas personas que se ven obligadas a dejar sus casas por las degradaciones ambientales y climáticas».
Por su parte, la investigadora y autora del informe, Beatriz Felipe, ha presentado las principales conclusiones del informe y ha destacado que «la contribución de las empresas de la UE a la crisis climática (en sus causas y en sus consecuencias) no debe pasar desapercibida». Según ha indicado, «el Norte global mantiene una huella ecológica y una deuda climática que empobrecen al Sur, y ha llevado a los ecosistemas del planeta al borde del colapso».
También ha señalado que «la implementación de procesos de debida diligencia en materia ambiental y en derechos humanos debería convertirse en un requisito clave para hacer frente a la emergencia climática y a la movilidad humana asociada». Mientras, el director de la Oficina de la OIT para España, Joaquín Nieto, ha puesto de manifiesto que «los estados y las empresas europeas tienen unas responsabilidades históricas sobre el momento actual y deben asumirlas y liderar la lucha contra la emergencia climática en varios frentes: generación de energía, edificación sostenible, cambio de modelo productivo».
En el cierre del acto, la asesora ejecutiva de ECODES, Cristina Monge, ha hecho un llamamiento a toda la ciudadanía y a las entidades del tercer sector a interesarse por las migraciones climáticas y a presionar, a su vez, a todos los actores involucrados en la emergencia climática, como la Unión Europea y sus grandes empresas emisoras de gases de efecto invernadero, para que tomen desde ya las medidas necesarias para frenar las causas puntuales y sistémicas que obligan a personas a migrar.
«Este fenómeno está condicionando la vida en buena parte del territorio del planeta. Millones de personas que han contribuido muy poco a esta crisis han tenido que dejar sus hogares y muchas más tendrán que hacerlo en los próximos años si no ponemos remedio», ha afirmado. Monge ha añadido que este estudio, como los publicados en 2018 (Las migraciones climáticas: una aproximación al panorama actual) y en 2019 (Perspectiva de género en las migraciones climáticas), servirán de base para la tarea de incidencia política que lleva a cabo ECODES tanto a nivel europeo como nacional.
El documento recoge también las últimas cifras y la definición actualizada de este fenómeno. Según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), las migraciones climáticas constituyen una subcategoría de las migraciones ambientales y «comprenden el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual».
La migración climática abarca situaciones tan diferentes como las de las comunidades que, ante una fuerte sequía, ven sus cultivos peligrar y envían a un miembro de la familia a trabajar a un pueblo cercano para aumentar sus ingresos económicos, como las de los habitantes de los pequeños Estados insulares que presencian el avance del mar en sus territorios y sus consecuencias. Según el IDMC, en 2019 tuvieron lugar 24,9 millones de nuevos desplazamientos y se alcanzó un nuevo récord: el 75% del total de nuevos desplazamientos se debieron a desastres que en su mayoría pueden asociarse directa o indirectamente con el cambio climático.