La primera Cumbre Africana sobre el Clima, celebrada en Nairobi en 2023, representó un punto de inflexión. Encendió la mecha para poner en marcha una África colaborativa, resiliente frente al clima y próspera.
Esta semana, los líderes africanos se han reunido en Adís Abeba para mantener la segunda cumbre y transmitir un mensaje inequívoco: ya está bien de promesas. Se necesita dinero, inversiones y medidas concretas que permitan desarrollar el potencial ecológico de África.
La histórica reunión celebrada en Kenia dejó muy claro lo que está en juego: el cambio climático es una amenaza para las comunidades, las economías y las inversiones de todos los sectores y continentes.
Pero también cambió el relato global y consiguió que África dejara de aparecer como víctima del clima para situarla como motor de las soluciones. De la cumbre salieron promesas y compromisos macroeconómicos con el fin de facilitar un crecimiento positivo para el clima, además de poner de relieve las ventajas del continente desde el punto de vista ecológico y su innegable importancia para alcanzar los objetivos mundiales de cero emisiones netas.
Cumbre climática en Etiopía
Los jefes de Estado de la Unión Africana (UA) que asistieron esta semana a una cumbre climática en Etiopía adoptaron una declaración conjunta que subrayó la urgencia de que los países ricos aumenten el financiamiento climático para garantizar una transición energética justa en el continente.
La llamada “Declaración de Adís Abeba sobre Cambio Climático y Llamado a la Acción” se adoptó este miércoles al cierre de la segunda Cumbre Africana del Clima (ACS, en inglés), celebrada desde este lunes en Adís Abeba, pero el documento se hizo público este jueves.
“Los países desarrollados deben cumplir sus compromisos y alinear la financiación con las prioridades de África, y esforzarse por movilizar recursos nacionales y fomentar las alianzas público-privadas”, indicaron en el texto.
Recordaron que África necesita más de tres billones de dólares para llegar a sus metas climáticas para 2030, aunque solo recibió 30.000 millones de dólares entre 2021 y 2022.
En este aspecto, el documento reclamó alianzas internacionales “más firmes” para cerrar la brecha financiera, con énfasis en subvenciones en lugar de préstamos para evitar el “agravamiento” de la deuda del continente, así como un desembolso oportuno y equitativo de los recursos.
Los dirigentes reafirmaron que África, pese a contribuir de manera mínima a las emisiones globales de gases de efecto invernadero -menos de un 4 %-, es la región más afectada por sus impactos y la que cuenta con menos recursos para adaptarse.
Los líderes reiteraron la ambición de alcanzar 300 gigavatios de capacidad de energía renovable para 2030, como parte de una transición justa que garantice acceso a electricidad para los 600 millones de africanos que aún carecen de un sistema eléctrico estable.
Subrayaron que África, que concentra el 40 % de los recursos renovables del planeta, debe recibir al menos el 20 % del financiamiento mundial en este sector, frente al 2 % actual.
La declaración también enfatiza la relación entre cambio climático, paz y seguridad, señalando que la degradación ambiental y las catástrofes climáticas agravan los conflictos y los desplazamientos internos.
Por ello, instaron a integrar la resiliencia climática en las estrategias de seguridad y construcción de paz en el continente.
Entre los asistentes a la cumbre figuraron los presidentes de Kenia, William Ruto; Somalia, Hassan Sheikh Mohamud; Yibuti, Ismail Omar Guelleh, así como el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed; y la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley.
También acudieron el presidente de la Comisión (secretariado) de la UA, Mahmoud Ali Youssouf, y la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera.
Los líderes africanos propusieron que la Cumbre Africana del Clima se celebre cada tres años, de manera rotatoria entre las regiones del continente, con un seguimiento a cargo de la Comisión de la UA y el Comité de Jefes de Estado y de Gobierno sobre Cambio Climático.
La cumbre tuvo como objetivo consolidar una posición común frente a la crisis climática de cara las próximas negociaciones globales, incluida la COP30 de la ONU que se celebrará en noviembre en Belém (Brasil). EFE / ECOticias.com