Un estudio reciente ha puesto de relieve el papel determinante que tienen los grandes productores de combustibles fósiles y de cemento en el cambio climático y sobre todo en olas de calor más recurrentes. Y es que a lo largo de más de 170 años, estas corporaciones (como Saudi Aramco, Gazprom o ExxonMobil) han impulsado el desarrollo económico mundial, pero a costa de dejar una profunda huella ambiental.
Para llegar a estas conclusiones, este trabajo analizó las emisiones facilitadas por las 180 compañías más importantes de estos sectores (entre ellas las mencionadas) y comprobó que, en conjunto, sus actividades han sido las causantes de cerca del 60 por ciento del total acumulado de emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en los últimos 170 años (contando desde 2023 para atrás).
Los grandes contaminadores del sector de los combustibles fósiles
Las emisiones a la atmósfera de las 180 mayores empresas productoras de combustibles fósiles y de cemento fueron responsables de la mayor intensidad de al menos 213 olas de calor que se registraron en el mundo entre los años 2000 y 2023.
Lo ha comprobado un equipo internacional de científicos, liderados por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zurich (Suiza), que han advertido además de las importantes implicaciones que sus hallazgos tienen para cuestiones relacionadas con la política climática y con las responsabilidades corporativas. Hoy publican los resultados de su trabajo en la revista Nature.
El pasado junio, una gran parte de Europa experimentó un calor sin precedentes; en julio, la región mediterránea se vio afectada por un calor abrasador, con temperaturas superiores a los 40 grados; y en agosto los bosques se resecan en muchos lugares, han corroborado los investigadores, que han alertado de cómo el calor extremo afecta a la salud y perturba la economía.
Los investigadores han asegurado que sus datos corroboran la percepción social de que las olas de calor actuales superan a las que sufrieron generaciones anteriores, y cómo el cambio climático provocado por el hombre ha aumentado la frecuencia y la gravedad de las de 200 olas de calor registradas durante ese siglo.
Analizaron para ello 213 olas de calor ocurridas entre 2000 y 2023, e incluyeron todas las olas de calor reportadas por las autoridades o los medios de comunicación debido a importantes víctimas, pérdidas económicas o solicitudes de ayuda internacional, aunque África y Sudamérica estuvieron poco representadas en el trabajo debido a la falta de información y de datos suficientes.
Olas de calor más frecuentes por los efectos del cambio climático
La conclusión de los investigadores es contundente: el calentamiento global multiplicó por 20 la probabilidad de olas de calor entre 2000 y 2009, y hasta por 200 entre 2010 y 2019, en comparación con el período comprendido entre 1850 y 1900. ¿Quiénes contribuyen a esa tendencia? Los investigadores analizaron las emisiones facilitadas por los 180 mayores productores de combustibles fósiles y de cemento y comprobaron que sus emisiones representan el 60 por ciento del total acumulado de emisiones de CO2 entre 1850 y 2023, mientras que el resto de las emisiones se atribuyen en gran medida a las actividades de uso del suelo.
Así, sus cálculos mantienen que la mitad del cambio en la temperatura media global de la superficie en 2023 se puede explicar por las emisiones de las grandes empresas productoras de carbono, y han señalado que los cinco mayores productores de combustibles fósiles entre las entidades estatales o empresas propiedad de inversores son de la ex Unión Soviética, seguida por China (debido a la producción de carbón) y tres compañías petroleras: Saudi Aramco, Gazprom y ExxonMobil.
Y aunque las 14 mayores empresas de carbón han sido las que más han contribuido a intensificar las olas de calor, las más pequeñas desempeñan también un papel significativo, según los investigadores, que citan como ejemplo que las emisiones de la más pequeña entre los 180 «gigantes» emisores de dióxido de carbono -la rusa Elgaugol- son suficientes para causar 16 olas de calor.
Los investigadores mantienen en su publicación que todas estas empresas saben desde la década de los ochenta que la quema de combustibles fósiles provoca el calentamiento global y que sus hallazgos podrían servir de base para determinar la responsabilidad de las olas de calor cada vez más frecuentes y realizar los ajustes necesarios en la jurisprudencia.
Los daños causados por las olas de calor también podrían evaluarse de forma más estricta según el principio de «quien contamina, paga», según los investigadores, que se plantean ahora investigar sistemáticamente otros eventos extremos, como fuertes lluvias, sequías o incendios, para rastrearlos hasta conocer las contribuciones individuales y reportar así información científica que pueda ser útil a los responsables de adoptar decisiones políticas.
Este hallazgo refuerza la urgencia de avanzar hacia una transición energética justa y acelerada, que reduzca la dependencia de los combustibles fósiles (que todo el mundo sabe lo contaminantes que son) y promueva alternativas bajas en carbono. Además, abre el debate sobre la necesidad de que estas empresas asuman un rol más activo y transparente en la reparación de un daño climático que está detrás de las más de 200 olas de calor acontecidas entre los años 2000 y 2023. EFE / ECOticias.com