El glaciar de la Marmolada, situado en los Dolomitas italianos y considerado el más grande de esta cadena montañosa declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atraviesa una fase crítica de retroceso. Según datos recientes de investigadores alpinos, el glaciar ha perdido alrededor de siete metros de espesor en tan solo un año, una cifra que pone de manifiesto la gravedad del impacto del cambio climático en las regiones de alta montaña.
La Marmolada, conocida también como la “reina de los Dolomitas”, se ha convertido en un símbolo del deshielo acelerado que afecta a los glaciares europeos. En apenas unas décadas ha visto reducirse de manera drástica tanto su superficie como su volumen, amenazando no solo a los ecosistemas locales, sino también a las comunidades que dependen de sus recursos hídricos.
Un glaciar que va desapareciendo
Los estudios realizados durante el verano de 2025 para la Campaña Glaciológica Participativa, promovida por el Museo de Geografía de la Universidad de Padua (norte), confirman el retroceso continuo del glaciar de la Marmolada, que sufre también un progresivo adelgazamiento de sus frentes, el aumento de detritos en superficie y la aparición de zonas rocosas que antes permanecían cubiertas por el hielo.
“El análisis confirma la tendencia negativa de las últimas décadas. Las altas temperaturas estivales y las escasas precipitaciones invernales impiden que el glaciar alcance un equilibrio”, indicó Mauro Varotto, investigador de la Universidad de Padua, responsable de las mediciones del glaciar. “Lo más preocupante no es solo el retroceso en sí, sino la transformación del paisaje glaciar, que ya aparece como una reliquia del pasado, reducido y profundamente alterado”, añadió, en la web de la Universidad.
Una grave situación de fragilidad
«Esto tiene un fuerte impacto en la criosfera y en el paisaje glaciar: las lonas geotérmicas, en particular, sobresalen cada vez más desde la superficie del glaciar, un verdadero ‘altar’ a la práctica del esquí, mientras a su alrededor el glaciar es sacrificado al entretenimiento y a nuestro modelo de desarrollo derrochador”, denuncia.
Desde el punto de vista científico, los datos recopilados permitirán actualizar los modelos predictivos sobre la evolución de los glaciares italianos y evaluar el impacto en la disponibilidad futura de agua, así como en la seguridad de las zonas de montaña, cada vez más vulnerables a deslizamientos y desequilibrios ambientales.
La crisis climática y el aumento de las temperaturas han hecho que el glaciar de la Marmolada haya perdido 70 hectáreas de superficie solo en los últimos 5 años y desde el año 1888 ha retrocedido 1.200 metros.
Este enorme bloque de hielo ya había dado muestras de su extrema fragilidad cuando en julio de 2022 registró un derrumbe que acabó sepultando y matando a once personas.
En resumen, el calentamiento global es el principal motor de este fenómeno. El aumento de la temperatura media en los Alpes, superior al promedio mundial, ha intensificado la fusión del hielo. A ello se suma la disminución de precipitaciones en forma de nieve, que limita la capacidad de regeneración del glaciar durante el invierno. Una señal de alarma que subraya la necesidad urgente de tomar medidas globales. ECOticias.com