España sienta un precedente con el tratamiento que pretende darle a partir de ahora a las botellas plásticas. Un proyecto incluso más llamativo que este programa para reciclar botellas plásticas. La fabricación de una botella de plástico requiere del uso de al menos 100 ml de petróleo, un aspecto con el que, desde el principio, las botellas de un solo uso ya comienzan a generar efectos nocivos para el ser humano. Producen un peligro notable en la naturaleza y sus residuos son altamente tóxicos. En general, las botellas plásticas generan una influencia negativa para el ambiente.
Uno de los hábitats naturales más afectados por los residuos de las botellas plásticas es el ecosistema marino. Una sola botella de plástico puede tardar hasta más de 1.000 años en descomponerse, un proceso lento que puede perjudicar de gravedad en este contexto. En algunos estudios científicos, se ha comprobado que más de 8 millones de toneladas en botellas plásticas se arrojan al mar, por lo que la creencia es que para 2050 existen más peces que plásticos.
Por otra parte, las botellas plásticas también ocasionan vapores que contaminan el ambiente y cuyas partículas arrastran químicos muy tóxicos que se producen en el suelo.
Botellas plásticas España: el país europeo retrocedió 40 años, pero tienen un plan
En este contexto y tras el fracaso del contenedor amarillo, el Gobierno español ha llegado a la conclusión de que es hora de apostar por las botellas retornables. Miteco ha reconocido que solo se recogen para su reciclaje el 41,3% de las botellas plásticas. Dicho dato se encuentra alejado del objetivo del 70% para 2023 y no tiene consonancia con los números manejados por Ecoembes. En el mismo informe en el que el organismo advierte sobre estas cifras, Miteco deja caer otra idea: es el momento de aplicar soluciones y hacer el pase a un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).
El análisis es amplio (55 páginas) y brinda detalles sobre sus cálculos, con dos cifras que resumen la situación: 214.039 y 88.499. Ambas cantidades se refieren a las botellas SUP, que son botellas de bebida fabricadas con plástico, de un solo uso y capacidad de hasta 3 litros.
La primera cifra tiene que ver con el número de botellas SUP del mercado español a lo largo de 2023. Siguiendo esta línea, la segunda corresponde a la cantidad de esos mismos envases recogidos durante ese mismo periodo, tanto por medio de contenedores amarillos gestionados por entidades locales como privadas o complementarias, las llamadas “fuera del hogar”, y que contemplan hospitales, residencias, centros deportivos o colegios.
Al contraponer ambas cifras, la conclusión a la que han llegado es que se recupera el 41,3% de las botellas plásticas que se lanzan al mercado. El dato es altamente inferior al objetivo marcado en la Ley 7/2022 para una economía circula, texto que adapta una directiva del Parlamento y Consejo europeos. En el apartado de conclusiones, determinan que “se deberá implantar, en todo el territorio nacional y en el plazo de dos años, un sistema de depósito, devolución y retorno”.
España ve la luz al final del túnel con las botellas plásticas
La propia legislación sobre reciclaje de botellas plásticas ya contemplaba la hoja de ruta a realizar si no se alcanzaban las metas intermedias interpuestas para 2023 y 2027: desplegar en el plazo de dos años un sistema SFFR, un concepto que, aunque pueda sonar complejo, en realidad es sencillo. El cliente deposita una pequeña cantidad cuando compra la bebida a cambio de la botella que lo contiene y después la recupera cuando la devuelve.
Con este procedimiento, la reutilización del envase de las botellas de un solo uso en España es más fácil. Además, evita que termine tirado en una playa o cuneta. Un escenario que se contrapone con el de los supermercados, que ‘inflan’ los resultados de recogida y reciclaje de botellas de plástico.