¿Es posible huir de las devastadoras consecuencias del cambio climático? La emergencia climática ya preocupa a varios países y se han revelado los primeros búnkeres, pero ¿realmente podemos escapar de lo que está pasando con el planeta? ¡Vamos a verlo!
El cambio climático es un mal que acecha a todos los seres humanos. Sin embargo, hay espacios en los que pareciera posible “escapar” de las catástrofes que genera.
Algunos lugares brindan un resguardo más seguro debido a sus condiciones geográficas, políticas de mitigación y capacidad de adaptación.
La emergencia climática está llevando al ser humano a límites extremos: llegan los primeros búnkeres
Un estudio de la Anglia Ruskin University (Cambridge) posiciona a Nueva Zelanda, Islandia, Reino Unido, Australia e Irlanda como los mejores sitios para vivir con el fin de minimizar el impacto climático. Por otra parte, las naciones escandinavas lideran en mitigación y Japón resalta por su adaptación.
Así demuestra que, aunque nadie puede estar a salvo al 100%, algunas regiones otorgan mejores perspectivas frente a la crisis global. El cambio climático no discrimina, aunque hay zonas en las que se siente más que en otras.
El análisis expone que hay zonas que, por sus condiciones geográficas únicas, podrían enfrentarse mejor a los desafíos que plantea esta realidad. Nueva Zelanda, Islandia, Reino Unido, Australia e Irlanda tienen un gran protagonismo en este contexto debido a su baja densidad poblacional, abundancia de tierras agrícolas y acceso directo a recursos marítimos.
Estos aspectos sumados a su relativa independencia energética, los llevan a ser las opciones perfectas para los que buscan un refugio ante las consecuencias del cambio climático.
Estos son los mejores países para huir del cambio climático
Los países escandinavos, con Dinamarca, Suecia, Noruega y Reino Unidos han mostrado un ferviente compromiso con la protección climática. Según el Índice de Desempeño de Cambio Climático (CCPI), estos territorios son dignos de mención por sus esfuerzos por disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, fomentar la energía renovable y adoptar políticas amigables con el clima.
El escenario cambia si concentramos la atención en la adaptación. Japón, pese a ser uno de los países más afectados por los desastres naturales, como terremotos y tsunamis, ha mostrado una destacable capacidad de adaptación.
Está situado en el puesto 17 del índice ND-GAIN de la Iniciativa Global de Adaptación de Notre Dame. Aunque tiene que vérselas de frente con fuertes amenazas física, Japón está preparado para afrontar el cambio y transformarse en un país cada vez más resiliente.
Lo mismo sucede con los países escandinavos, que se encuentran afectados por el calentamiento del Círculo Ártico a un ritmo doble que el resto del mundo. También tienen un lugar privilegiado entre los países que mejor se adaptan al cambio.
Los búnkeres climáticos existen y son mucho más que un refugio
La búsqueda de los mejores sitios para vivir y evitar el cambio climático subraya la necesidad de realizar acciones colectivas para paliar las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global a 1,5ºC.
Pese a que algunos países brindan condiciones más favorables para enfrentar los cambios que hay en el clima, la solución más efectiva estaría en el compromiso de la humanidad con la mitigación y adaptación.
Si cada persona pusiera su “granito de arena”, se garantizaría un próspero futuro para las zonas menos afectadas y brindaría esperanza a las comunidades más vulnerables alrededor del mundo.
La emergencia climática revela una verdad ineludible
Los datos del estudio arrojan una realidad imposible de eludir. Las regiones más capaces de enfrentar el cambio climático no son necesariamente las que ostentan más recursos o son más ricas, sino aquellas que han puesto por delante la inversión en infraestructuras sostenibles y tecnologías de adaptación.
En definitiva, en un mundo de emergencia climática ya existen búnkeres para disfrutar de entornos más limpios. Resulta prácticamente imposible erradicar la triple crisis planetaria, a no ser que todos los ciudadanos/as del mundo hagan su parte. Mientras eso sucede, ¡ya sabemos los lugares más apropiados para vivir!