Las ventiscas de nieve contribuyen al calentamiento del Ártico. Los científicos saben desde hace mucho tiempo que los contaminantes de otras regiones pueden acumularse en la atmósfera ártica. Allí alteran la química atmosférica, absorben la luz solar y afectan los patrones climáticos locales.
Estos factores conllevan un calentamiento localizado que derrite el hielo y la nieve. Las partículas de sal marina dominan la concentración masiva de aerosoles (partículas en suspensión en el aire), pero sus mecanismos de producción y su impacto en el clima ártico no estaban claros.
Estudiando los aerosoles de sal
Científicos atmosféricos dirigidos por Jian Wang, director del Centro de Ciencia e Ingeniería de Aerosoles (CASE) y profesor de ingeniería energética, ambiental y química en la Escuela de Ingeniería McKelvey de la Universidad de Washington en St. Louis, investigaron la producción y el impacto de los aerosoles de sal marina sobre el calentamiento del Ártico.
Sus resultados revelaron que existe una abundante producción de aerosoles de sal marina fina a partir de la nieve que sopla en el Ártico central. Lo que aumenta la concentración de partículas y la formación de nubes.
“Durante las últimas décadas, los científicos han identificado la ‘neblina ártica’ como la principal fuente de aerosoles en el Ártico durante el invierno y la primavera. Esta neblina es el resultado del transporte de contaminantes a larga distancia”. Esto lo dijo Xianda Gong, primera autora del estudio y ex investigadora postdoctoral en el laboratorio de Wang.
«Sin embargo, nuestro estudio revela que los vientos de nieve locales, que producen partículas de sal marina, contribuyen con una fracción más sustancial al total de aerosoles en el Ártico central».
Mucho más de lo esperado
El equipo de Wang analizó los datos recopilados por el Observatorio multidisciplinario a la deriva para el estudio del clima ártico (MOSAiC). Este tipo de observaciones son difíciles de obtener, pero son esenciales para comprender el panorama completo de las condiciones atmosféricas en el Ártico. Para conseguirlo, la expedición MOSAiC conto con colaboración internacional y la congelación de un rompehielos en la capa de hielo del Ártico central para que flotara con el hielo marino durante todo un año).
«La expedición MOSAiC nos permitió observar cómo evolucionan los aerosoles y las nubes a lo largo de un año y condujo a este descubrimiento», dijo Wang. “Que existan partículas de sal marina en la atmósfera del Ártico no es un hecho sorprendente. Ya que las olas del océano rompen y generarán aerosoles de sal marina.
Pero confiábamos en que esas partículas del océano fueran bastante grandes y no muy abundantes. Encontramos partículas de sal marina que eran mucho más pequeñas y en mayor concentración de lo esperado, cuando había nieve y fuertes vientos”, dijo Wang. Las ventiscas de nieve contribuyen al calentamiento del Ártico.
Más aerosol, más nubes
En el Ártico central, las noches más frías del invierno son las más claras. Puesto que es cuando el calor de la Tierra puede escapar al espacio sin obstáculos. Sin embargo, bajo un acogedor manto de nubes, la radiación de onda larga queda atrapada y contribuye al calentamiento global y local.
Por lo que cualquier proceso que conduzca a una mayor formación de nubes y a una nubosidad persistente también aumenta las temperaturas de la superficie. Los finos aerosoles de sal marina producidos por el viento de nieve que descubrió el equipo de Wang, resultan ser muy buenos para promover la formación de nubes.
«Estas partículas de sal marina pueden actuar como núcleos de condensación de nubes, lo que lleva a la formación de nubes», dijo Gong. «Teniendo en cuenta la ausencia de luz solar en el invierno y la primavera del Ártico, estas nubes tienen la capacidad de atrapar la radiación superficial de onda larga, calentando así significativamente la superficie del Ártico».
Aunque los científicos no habían observado este fenómeno antes, los finos aerosoles de sal marina provenientes de la nieve siempre han sido parte del sistema climático del Ártico. La confirmación observacional y estudio sistemático revelaron que las partículas de sal marina producidas por el viento de nieve representan aproximadamente el 30% del total de partículas de aerosol. Ahora se pueden actualizar los modelos climáticos para incluir los efectos de estas partículas finas.
«Las simulaciones de modelos que no incluyen los finos aerosoles de sal marina provenientes de la nieve subestiman la cantidad de aerosoles presentes en el Ártico», dijo Wang. «Los vientos de nieve ocurren independientemente del cambio climático. Pero debemos incluirlos en nuestros modelos para reproducir mejor las poblaciones actuales de aerosoles en el Ártico. Y proyectar las futuras condiciones climáticas de la zona». Las ventiscas de nieve contribuyen al calentamiento del Ártico.
Referencia: artículo publicado en Nature Geoscience.