Está comprobado que Rusia ha estado difundiendo desinformación climática en Polonia como parte de una «guerra cognitiva a largo plazo» para sembrar división. Así se desprende de un nuevo informe del servicio de contrainteligencia militar de Polonia, que revisó más de 2.000 documentos clasificados y no clasificados desde 2004 hasta 2024.
Los once expertos independientes que redactaron el informa afirman que las conclusiones son alarmantes y que junto con Bielorrusia, Rusia está librando una ‘guerra cognitiva’ que busca debilitar las bases de la estructura de occidente, entre ellas las que tiene que ver con el cambio climático.
Se habla de varias teorías conspiratorias mediante las cuales el gobierno de Putin habría estado empleando bulos, noticias falsas, y otras formas de desinformación en su propio beneficio, para conseguir aumentar la confianza en su país y sus restrictivas formas de vida.
Proactividad frente a los bulos climáticos
La ministra polaca para el clima, Paulina Hennig-Kloska, invitó recientemente a ser proactivos frente a la desinformación propagada por Rusia en el marco del Consejo informal de ministros de Medioambiente de la Unión Europea (UE).
Hennig-Kloska subrayó en una rueda de prensa en Varsovia la importancia de «ser proactivos», para educar y también comunicarse mejor, tanto por parte de las instituciones europeas como de los Gobiernos de los Estados miembros. La ministra puso como ejemplo la confusión generada sobre un supuesto veto de la UE a patatas fritas con sabor a beicon, cuando en realidad la intención es prohibir «sustancias tóxicas incluidas en estas patatas fritas».
La magnitud del desafío es significativa, según la ministra, que dio cuenta de una estimación según la cual «Rusia gasta al menos 2.000 millones de dólares (unos 1.754 millones de euros) anuales en difundir desinformación en Europa», de los cuales «más de un diez por ciento están destinados a la desinformación climática».
La ministra, que detalló las prioridades de la presidencia polaca en el ámbito del medio ambiente y el clima, señaló como primer tema abordado este martes la «lucha contra la desinformación», un tema que describió como “complejo”.
Según ella, los bulos son un arma cada vez más usada por los adversarios políticos, pero que también puede surgir de forma «no intencionada», por simple falta de comprensión de la legislación europea. La ministra polaca planteó que los Estados miembros reconocen su incapacidad para combatir este problema en solitario fue un tema recurrente en las conversaciones de este martes en Varsovia.
«Lo que necesitamos es cooperación», afirmó la ministra, que resaltó la necesidad de colaboración tanto a nivel institucional por parte de los organismos de la Unión Europea (UE), como con las plataformas privadas, con el objetivo de «eliminar noticias falsas e información errónea«.
Combatir el cambio climático es esencial
Otro tema debatido fue el papel de las nuevas tecnologías en el ámbito del medio ambiente y el clima. Consideradas esenciales para la transformación climática, estas tecnologías son cruciales porque «crean nuevos puestos de trabajo», resultan indicativas de la «innovación de nuestras economías» y pueden demostrar la «competitividad» de las empresas europeas, explicó la ministra polaca.
Los socios europeos coincidieron en dos factores fundamentales: dirigir fondos al desarrollo de nuevas tecnologías limpias y crear marcos legales y procesos que promuevan estas soluciones, citando como ejemplo las «compras públicas verdes».
Una conclusión destacada y «muy bienvenida» fue la propuesta de «crear una base de datos europea de nuevas tecnologías» disponibles para los Estados miembros. Esta base de datos permitiría tener una visión más completa, fomentar la creación de cadenas propias de suministro europeas y así aumentar la independencia de la UE, subrayó Hennig-Kloska.
Hay que adaptarse al cambio climático
Finalmente, la tercera prioridad sobre la mesa fue la «adaptación al cambio climático», con una mención de la ministra a un plan europeo en el que la Comisión Europea trabaja actualmente y que debería dar como resultado una nueva evaluación de riesgos climáticos.
La ministra destacó que «Europa es el continente que se está calentando más rápido», con 2024 como el año con las temperaturas más altas jamás registradas. La responsable polaca de Medio Ambiente enfatizó que los problemas de adaptación y el cambio climático tienen una «naturaleza transfronteriza» que exige cooperación, y usó como ejemplo las inundaciones ocurridas en España y la República Checa. EFE / ECOticias.com