Las universidades incorporan la justicia climática en sus programas educativos, ¿y España): el trabajo, publicado en la revista Discover Sustainability, destaca el papel de la educación superior en la lucha contra la desigualdad provocada por el cambio climático.
La educación transformadora es esencial para abordar el cambio climático y preservar la vida en el planeta, integrando enfoques de derechos humanos intersectoriales e interseccionales que fomenten la equidad.
Esto implica que la justicia climática debe ser un eje central, asegurando que los beneficios y las cargas del cambio climático se distribuyan equitativamente, responsabilizando a los países que han emitido más carbono de apoyar a aquellos que necesitan adaptarse y desarrollarse con tecnologías sostenibles.
Además, es fundamental que las poblaciones más vulnerables participen en la toma de decisiones ambientales de manera equitativa, reconociendo que el cambio climático impacta los derechos humanos básicos.
Publicado en la revista Discover Sustainability
Un equipo del instituto INGENIO, centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha participado en un estudio internacional que analiza cómo las universidades de todo el mundo están empezando a incorporar la justicia climática en sus programas educativos.
Según explica Guillermo Palau, investigador del Instituto de Gestión de la Innovación y del Conocimiento (INGENIO), la justicia climática parte de una idea fundamental: los efectos del cambio climático no son iguales para todos.
“Las personas y comunidades más vulnerables, que menos han contribuido al problema, suelen ser las más afectadas. Incorporar esta perspectiva en la educación permite formar a profesionales y ciudadanos más comprometidos con un futuro más equitativo y sostenible”, apunta Palau.
El estudio, coordinado por la Manchester Metropolitan University) y la Florida State University, combina el análisis de publicaciones científicas recientes con ejemplos prácticos de universidades que ya han comenzado a integrar la justicia climática en sus clases.
El trabajo del equipo de INGENIO consistió en el análisis de diferentes casos de éxito de todo el mundo
El estudio constata que se observa un crecimiento en la producción científica sobre justicia climática en la educación, especialmente en países como Estados Unidos, Reino Unido, China, Australia y Alemania.
Además, se identifican métodos de enseñanza basados en la interdisciplinariedad, el trabajo con comunidades locales y el aprendizaje por proyectos.
“Un ejemplo en España es el de la experiencia de aprendizaje en Acción, en el barrio de Orriols de València, donde el alumnado trabaja en propuestas relacionadas con la desestigmatización del barrio y la multiculturalidad del barrio, combinando ciencia, comunicación y participación ciudadana”, destaca Pablo Aránguiz-Mesías, coautor del estudio e investigador también de INGENIO.
Este trabajo forma parte de la serie «100 papers to accelerate the implementation of the UN Sustainable Development Goals«, impulsada por el Inter-University Sustainable Development Research Programme (IUSDRP), cuyo objetivo es impulsar la contribución de las universidades a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En él han participado también investigadores e investigadoras de la Universidad de Murcia, la LUT University (Finlandia), la HAN University of Applied Sciences (Países Bajos) y la Federal University of Rio Grande Do Sul (UFRGS). EFE / ECOticias.com