Las flatulencias de los canguros también contaminan. En Australia lo que proliferan son los canguros. En un principio se creía que estos herbívoros eran “menos contaminantes” que otros de su especie (el resto de los herbívoros). Pero varios estudios demostraron que las ventosidades canguriles también están cargadas de metano, por lo que cada vez que las expelen, contaminan la atmósfera.
La defensa de los flatos de los canguros, que se ejercía por parte de muchos científicos australianos, se basaba en que la flora intestinal de este gran marsupial era muy particular. Y, por tanto, sus ventosidades no debían contener tanto metano, que está considerado uno de los gases de efecto invernadero más perjudiciales. Mucho peor incluso que el CO2.
En los años 1970 y 1980, las investigaciones sugerían que los canguros no producían tanto metano. Y que eso se debía a que poseían, a nivel intestinal, unas bacterias llamadas «Archaea» que aparentemente limitaban la producción de dicho gas.
En esos momentos, los científicos estaban tan convencidos de ello que con el fin de reducir las emisiones de CH4 en una escala global pensaban que podría haber una manera de introducir estas bacterias en las vacas. No olvidemos que el ganado bovino es el que expele la mayor cantidad de flatulencias con altos contenidos de metano de entre todos los herbívoros.
Estos estudios se alargaron en el tiempo, pero jamás se pudo descubrir la forma de aislar a la esquiva bacteria y conseguir que esta se integrara a la flora intestinal de los rumiantes domésticos.
Flatos canguriles
En la Universidad de Zurich en Suiza se preguntaban cómo podía ser que el canguro, siendo tan herbívoro como el resto, “misteriosamente” expeliera gases bajos en metano. Porque dicha producción se debe exclusivamente al tipo de alimentación y digestión que tienen estos animales.
El proceso digestivo se llama fermentación entérica y consiste en que la hierba, las hojas y demás cosas verdes que comen los herbívoros, se deposita en sus estómagos, que son 4. Luego, de forma muy lenta y bajo la acción de microrganismos específicos (bacterias), el bolo alimenticio se fermenta, generando, entre otros subproductos, flatos con altos contenidos de metano.
Los resultados del estudio de los científicos suizos han dado por tierra con las teorías de los australianos y han demostrado que gracias a los canguros, la atmósfera recibe muchos miles de millones de litros de CH4, que expelen el conjunto todos los grandes canguros que hay en la isla – continente.
Los canguros, mamíferos marsupiales endémicos de Australia, producen más o menos la misma cantidad de flatos que los caballos. Así que ambos se encuentran la misma generalidad que incluye al resto de los herbívoros, por lo que sus gases tienen CH4.
Como la digestión de los herbívoros, es muy lenta, los canguros producen CH4 a partir de unas determinadas cantidades de comida. Pero si ingieren más, al obligar a que el movimiento intestinal sea más rápido, el contenido de metano de sus gases resulta menor.
El metano de los canguros en cifras
Se estima que hay entre unos 40 millones de canguros en Australia. Solo contando los que se encuentran en las áreas menos remotas y únicamente teniendo en cuenta a los más grandes (no a las especies más pequeñas). Es decir, a los que de adultos pesan más de 20 kilogramos.
Si cada ejemplar genera anualmente alrededor de 1000 litros de gas NH4. La cifra de producción total de metano es de casi cuarenta mil millones, litro más, litro menos. Las flatulencias de los canguros también contaminan.