Pero su estrategia empresarial es seguir provocando cambio climático y está trufada de trampas contra el clima como la continua apelación a la neutralidad tecnológica. Peor aún, Respol es una de esas empresas que se postulan para recibir Fondos de la UE para la recuperación económica, los famosos Fondos Next Generation, mientras su retórica de “cero emisiones netas” no excluye en un horizonte próximo dejar de extraer gas y petróleo del subsuelo.
Una investigación realizada por la Unidad Unearthed de Greenpeace ha destapado a las empresas petroleras que operan en las aguas del Reino Unido responsables de las mayores emisiones de dióxido de carbono y metano liberadas por la quema y la fuga de gas. Y… ¡Bingo!… el primer puesto es para… ¡Repsol-Sinopec!
Repsol es la petrolera que más CO2 y CH4 emite en el mar del Norte de Reino Unido en su proceso de extracción. La empresa conjunta Repsol y Sinopec (China) es la responsable de la mayor parte de las emisiones, seguida de la francesa Total y las británicas Shell y BP y EnQuest, una petrolera independiente registrada en el Reino Unido.
En conjunto, estas empresas representaron el 43% del total de las emisiones derivadas de la combustión o liberación directa, de gas natural a la atmósfera durante el periodo 2015-2019, prácticas conocidas respectivamente como quema y venteo. Y, si juntamos todas las petroleras que operan en el mar del Norte de Reino Unido ¡liberan entre todas a la atmósfera cada año el equivalente al valor de una central eléctrica de carbón!
La práctica de la quema y venteo (algo muy restringido en la vecina Noruega) se lleva a cabo a veces por razones de seguridad pero, realmente, es más un intento de ahorrar dinero deshaciéndose del gas que no se considera rentable transportar de vuelta a la costa. El uso de los combustibles fósiles es el mayor responsable del cambio climático. Para evitar los peores impactos y proteger la vida sobre el planeta no hay más camino que abandonar su uso.
Ante el buenrollismo de las petroleras y demás empresas de combustibles fósiles necesitamos compromisos reales y que condicionen su actividad a una transición justa y rápida hacia fuentes de energía renovable sin trampas ni secretos. Todo esto solo será posible si va acompañado de normativas que regulen su actividad y restrinjan las numerosas licencias que tienen para seguir contaminando.
A los gobiernos y empresas, ¡frenar el cambio climático está en vuestras manos!
Fuente: Greenpeace