Según Llebot, la gran diferencia es que este segundo documento tiene una base científica mucho más sólida, y lo que entonces eran intuiciones, son ahora constataciones. Como la tendencia de calentamiento, por ejemplo. Y, además, este nuevo informe va un paso más allá y dibuja los escenarios previstos para el futuro.
Evidencia científica: las cifras no engañan
Entre 1950 y 2008, la temperatura media anual se ha incrementado en Cataluña a un rimo medio de +0,21 º C por década, con subidas más significativas en verano. Y las precipitaciones a lo largo del siglo XX descendieron un 1% en general, un 22% en los meses de primavera y de manera más acentuada desde 1970.
Y hay más datos: un 30% del área de Cataluña ha experimentado un aumento de la racha seca, el número de noches tropicales crece aceleradamente desde los años 80 y se incrementan también los días consecutivos por año con temperaturas máximas superiores a los 25 grados.
En cuanto a las emisiones de gases, el informe trabaja con datos recogidos hasta el 2008, por lo que aún no refleja la reducción que ha tenido lugar a raíz de la crisis económica. Pero las tendencias que recoge son bien evidentes. Entre 1990 y 2007 habían aumentado un 43,2%, y los sectores que más contribuyen son el transporte (28,1%), las industrias de manufactura y construcción (21,2%) y las del sector energético (14,4 %).
Las previsiones son de un aumento de unos dos grados centígrados-la misma que se espera globalmente en el resto del mundo-para mediados de este siglo, un incremento importante de las temperaturas en verano, sobre todo en la segunda mitad del siglo, y un clima más irregular. Pero el informe se muestra optimista respecto del futuro de las emisiones, y confía en que la implantación de los vehículos eléctricos (siempre que se cargan con energía renovable) supondrá un descenso muy destacado en el consumo de combustibles fósiles en Cataluña.
Los efectos ya se dejan notar
Este segundo informe remarca que la aparición de la primavera se ha adelantado y la llegada del invierno se ha retrasado, de modo que el periodo vegetativo se ha prolongado unos 4 días por década durante los últimos cincuenta años. Y eso ya se nota, por ejemplo, en el comportamiento de diversas especies. Además, se registra un crecimiento progresivo de la aridez y ha mermado la riqueza de biodiversidad de los matorrales.
En el mar, la temperatura del agua superficial ha subido unos 0,7 grados y crece de manera progresiva la salinización de las aguas medias y profundas, con efectos de tropicalización de las especies de algas, invertebrados y vertebrados. No hacemos lo suficiente
El informe lo deja claro: la adopción de medidas de reducción de emisiones por parte de los sectores difusos resulta escasa en comparación con otros países europeos. Sólo las grandes empresas del sector energético han participado de forma activa en la compraventa de derechos de emisión. Y algunas industrias, como la turística, destacan por su desinterés en el tema: el turismo de sol y playa sigue pareciendo relativamente poco vulnerable a los efectos de cambio climático.
Sí ha mejorado, y mucho, el uso eficiente de la energía, sobre todo en la producción industrial. Así, por ejemplo, en los sectores del cemento y la química, de especial importancia en Cataluña, se calcula que la eficiencia energética ha mejorado en torno al 40%. Pero hay que seguir implantando medidas, y hacerlas llegar también de manera más extensa a las empresas medianas y pequeñas.
El futuro, en manos del nuevo gobierno
La última parte del informe destaca el incremento de investigación que se ha hecho en los últimos años sobre este tema en Cataluña: de hecho, la producción científica sobre cambio climático se ha multiplicado por 3,5 desde el año 2000. Pero se destaca que se trata más de estudios de observación y análisis de datos que sobre las posibles medidas de adaptación y mitigación.
En la presentación, a la que asistieron unas doscientas personas, participaron, además del coordinador Josep Enric Llebot, el director de Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible (CADS) Ramon Arribas, el director de políticas ambientales y sostenibilidad del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda Frederic Ximeno, y David Rodríguez, director del Servicio Meteorológico de Cataluña.
Rodríguez, al referirse a los escenarios de futuro, destacó la necesidad de incidir en las políticas de adaptación y mitigación, «que no pueden depender del color político del gobierno de turno». En la misma línea, el presidente del CADS, Gabriel Ferraté, que cerró el acto de presentación, dijo que «ahora que estamos más capacitados para buscar soluciones, el nuevo gobierno debe seguir trabajando, y debe considerar la lucha contra el cambio climático como un planteamiento estratégico. Tenemos que seguir trabajando por los derechos de nuestros nietos «.
La elaboración del informe ha contado también con la colaboración del Instituto de Estudios Catalanes y la Fundación la Caixa.