Si se tienen en cuenta los ríos y arroyos de todo el mundo, son la fuente de por lo menos el 10 por ciento de las emisiones humanas de óxido nitroso a la atmósfera. Eso es tres veces la cantidad estimada por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Las tasas de producción de óxido nitroso a través de la desnitrificación en pequeños arroyos aumentan con la concentración de nitratos. «Las actividades humanas, incluyendo la quema de combustibles fósiles y la agricultura intensiva, han aumentado la disponibilidad de nitrógeno en el medio ambiente,» dice Jake Beaulieu, de la Universidad de Notre Dame y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, autora principal de un estudio que se acaba de publicar en Proceedings.
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