Cada 16 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono 2025, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994 con el objetivo de recordar la firma del Protocolo de Montreal (1987), considerado uno de los acuerdos ambientales más exitosos de la historia.
Este día invita a reflexionar sobre la importancia de proteger la capa de ozono, ese delgado escudo de gas que envuelve nuestro planeta y que resulta vital para la vida, ya que filtra la radiación ultravioleta (UV-B) procedente del sol.
¿Por qué es importante presevar la capa de ozono?
La capa de ozono actúa como una barrera natural que absorbe la mayor parte de la radiación ultravioleta dañina. Gracias a su presencia, la vida en la Tierra se ha desarrollado de forma relativamente estable, evitando la exposición directa a rayos que pueden causar cáncer de piel, cataratas, debilitamiento del sistema inmunológico, así como daños graves en cultivos y ecosistemas marinos. Sin esta protección, el equilibrio de la biosfera se vería profundamente alterado.
Si se hace un salto en el tiempo, en la década de 1970, científicos advirtieron que ciertas sustancias químicas utilizadas en aerosoles, refrigeradores y productos de limpieza —especialmente los clorofluorocarbonos (CFCs)— estaban degradando la capa de ozono. El hallazgo del llamado “agujero de ozono” en la Antártida en los años ochenta confirmó la magnitud del problema y desató una alarma internacional.
La respuesta fue rápida: en 1987, 46 países firmaron el Protocolo de Montreal, comprometiéndose a reducir y eliminar el uso de CFCs y otras sustancias agotadoras del ozono (SAO). Hoy, casi cuatro décadas después, el Protocolo de Montreal ha sido ratificado por 197 países, lo que lo convierte en un tratado universal. Se estima que, gracias a este acuerdo, la capa de ozono está en proceso de recuperación y podría volver a los niveles previos a 1980 hacia mediados del siglo XXI, si se mantienen las medidas actuales.
Además, el tratado ha contribuido indirectamente a combatir el cambio climático, ya que muchas de las sustancias prohibidas también son potentes gases de efecto invernadero.
Retos actuales y futuros para proteger la capa de ozono
Aunque se han alcanzado progresos significativos, los desafíos persisten. En algunas regiones aún se detectan emisiones ilegales de sustancias prohibidas, lo que demuestra la necesidad de reforzar la vigilancia y el cumplimiento. Asimismo, la transición hacia alternativas más sostenibles en refrigeración, aire acondicionado y productos industriales sigue siendo desigual entre países desarrollados y en desarrollo.
Otro aspecto clave es la relación entre la capa de ozono y el calentamiento global. El uso de hidrofluorocarbonos (HFCs) como sustitutos de los CFCs resolvió el problema del ozono, pero generó nuevas dificultades, ya que los HFCs son gases de efecto invernadero muy potentes. Por esta razón, en 2016 se firmó la Enmienda de Kigali, que busca reducir progresivamente los HFCs y avanzar hacia soluciones respetuosas tanto con el clima como con la capa de ozono.
La historia de la capa de ozono representa un ejemplo de esperanza en medio de la crisis climática. Demuestra que, frente a un problema ambiental grave, la humanidad fue capaz de actuar de forma coordinada y eficaz, alcanzando compromisos que hoy muestran resultados medibles. No obstante, el reto de preservar este escudo natural aún continúa, especialmente en un contexto donde el cambio climático puede modificar patrones atmosféricos que influyen en su recuperación.
El lema que acompaña esta conmemoración cada año busca recordarnos que la protección del ozono no es tarea concluida, sino un compromiso permanente. Cada país, institución y ciudadano tiene un papel en asegurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de un planeta seguro, donde la vida esté protegida de los rayos dañinos del sol.
En conclusión, el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono 2025 no es solo una efeméride ambiental, sino un recordatorio del poder de la cooperación global y de la urgencia de seguir actuando. Si logramos preservar este frágil escudo, también tendremos una guía para enfrentar otros desafíos ambientales de nuestro tiempo, como la crisis climática, con la misma determinación y unidad. ECOticias.com